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El IS destruye el templo de Bel, en Palmira

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“La destrucción es total”, asegura un vecino

  • Una gran explosión se registró el domingo en el sitio, aledaño a la ciudad de Tadmur

A mediados del pasado mayo las huestes del IS arrebataron Tadmur y Palmira a las fuerzas leales de Bashar Asad, que ya antes, denuncian arqueólogos, usaban el sitio arqueológico de arsenal y zona de trincheras. Desde entonces, el IS ha cometido atrocidades, como la ejecución de 25 soldados oficialistas y, más recientemente, del arqueólogo y erudita Jalid Asaad, y atrocidades patrimoniales, como la destrucción de la estatua del león de Lat y la del templo de Bel

De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, el autodenominado Estado Islámico dañó el templo de Bel, una de las joyas más representativas del rico yacimiento arqueológico de Palmira, en Siria.

Según la organización activista, una gran explosión se registró el domingo en el sitio de Palmira, aledaño a la ciudad de Tadmur. Hasta el momento no han trascendido imágenes del daño que ha sufrido el templo, y los activistas tampoco pueden detallar la magnitud de este.

“La destrucción es total”, asegura un vecino de Palmira, llamado Nasser Zaer. “Los bloques y las columnas están por el suelo”. La dirección de Antigüedades del gobierno sirio no se ha pronunciado al respecto.

Hace apenas unos días el IS publicó una serie de fotos que confirmaban informaciones previas acerca de la destrucción del templo de Baalshamin, de 2.000 años de antigüedad. Los fanáticos emplearon bombas caseras para demoler el edificio, de estilo romano.

Situada en un oasis, Palmira son los imponentes restos de una localidad romana que floreció en tiempos grecolatinos. Sus templos, su teatro y sus relieves la convirtieron en Patrimonio de la Humanidad y en uno de los principales centros turísticos antes de la guerra.

El templo de Bel estaba en un estado de conservación excepcional para su antigüedad. Se consagró al dios semítico Bel, adorado en Palmira junto al dios de la luna Aglibol y Yarhibol, el dios sol. La mayoría de postales de Palmira incluían sus enormes columnas, hoy trizas.