Se indicó que de acuerdo con un informe del Banco Mundial, los jóvenes mexicanos representan un poco más de 38 por ciento de las víctimas de homicidios en la última década; el uso de armas de fuego en ese delito casi se triplicó en esos años. Son víctimas y agresores.
A la desigualdad social se añade hoy la brutalidad del crimen organizado, donde el futuro del país se hunde como proyecto nacional ante un gobierno fallido, se dijo en la inauguración del encuentro “Prospec 2017. Futuros de la inseguridad en México, respuestas y propuestas”, organizado por la UNAM.
Guillermina Baena, coordinadora del seminario de Estudios Prospectivos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, señaló que la sociedad mexicana no puede ni quiere ser equivalente a ese gobierno fallido, por lo que instó a romper inercia y enfrentar las problemáticas que enfrenta el país.
El encuentro reúne a varias dependencias e instancias académicas y de investigación de la UNAM, integradas para pensar en el tema de mayor importancia en el país en este momento: la inseguridad multidimensional.
Desde la perspectiva de la inseguridad que aqueja al país, especialistas universitarios en diversas áreas, representantes de organismos del sector público, y de instituciones privadas y de la sociedad civil reflexionarán, discutirán y formularán propuestas sobre educación, alimentación, temas cibernéticos, grupos vulnerables, salud y seguridad.
En la inauguración, Carlos Labastida, coordinador del PUAL, expuso que desde la Universidad “hacemos planteamientos críticos a las situaciones imperantes en diversos ámbitos de interés de la sociedad. Sí, críticos, pero también responsables y, sobre todo, propositivos”.
En la sesión dedicada al tema de inseguridad educativa, Eugenia Solana, presidenta del Fondo Mexicano para la Educación, dijo que una población con miedo es manipulable. “El problema es que todos estamos paralizados y los únicos que ‘actúan’ son quienes están empoderados porque tienen un arma”.
Además, consideró, “educamos de manera desequilibrada. Estamos en la era de los derechos, pero falta la otra parte, la de las responsabilidades. Es necesario trabajar para consolidar esa parte en las escuelas y formar adultos responsables de sus acciones”.