• El Fondo señala que las barreras dañan el crecimiento económico, daña la inclusión y daña a la gente
El comercio solía crecer hasta ahora una vez y media más rápido que el producto interior bruto global. Este año, sin embargo, lo hará un 20% por debajo. La última vez que se vivió una situación similar fue en 2001. La situación es compleja y piden que no se eche la culpa de los problemas a la globalización. Recuerdan que la automatización y la eficiencia tienen un efecto mayor en la pérdida de empleo que la competencia internacional.
El declive de la productividad es uno de los factores que explica la dificultad que tiene la economía para repuntar. El Fondo Monetario Internacional lo ve como un fenómeno sincronizado a escala global y traza un vínculo con la moderación que desde hace cuatro años sufre el comercio internacional. Para “engrasar” el motor del crecimiento el organismo urge romper este círculo vicioso favoreciendo la apertura de mercados y evitando el proteccionismo.
El mensaje de la institución que dirige Christine Lagarde llega en un momento complejo en la coyuntura global. El crecimiento anémico de la economía está alimentando movimientos proteccionistas por todo el mundo, que tratan de responder a la frustración del ciudadano con la promesa de levantar nuevas barreras al comercio. La propia Lagarde advierte que esta dialéctica tendrá efectos “desastrosos”.
La última proyección de la Organización Mundial de Comercio no deja lugar a dudas. El organismo con sede en Ginebra recorta sus previsiones en más de un tercio, al dejar el crecimiento de los flujos comercial en un débil 1,7% este 2016. Hace seis meses anticipó un 2,8%. Es el peor rendimiento desde la Gran Recesión y como señala la institución que dirige Roberto Azevedo será la primera vez en 15 años que el comercio crezca menos que la economía global.
La OMC señala que esta tendencia refleja la moderación del crecimiento en China, que está demandando menos materias primas para alimentar su economía, y el descenso de las importaciones de EU. Azevedo advierte que la situación puede incluso empeorar si los gobiernos adoptan políticas para proteger sus industrias del fenómeno de la globalización, para apoyar sus productores locales a expensas de la competencia internacional.