
Tapachula
Desde hace semanas se repiten alarmantemente noticias sobre la situación que se vive en la frontera sur mexicana. Varias caravanas de migrantes centroamericanos han cruzado la frontera y se han quedado retenidos por la Guardia Nacional en la ciudad de Tapachula y zonas aledañas del sur del estado chiapaneco. Las imágenes difundidas reflejan muchedumbres de hombres, mujeres y niños rondando por diferentes plazas de la ciudad y, en algunos casos, sufriendo malos tratos por las autoridades.
La situación de la migración en México se ubica en una encrucijada sumamente complicada. 1. Aún se mantienen las normas estadounidenses publicadas en tiempos de Trump en donde todo latinoamericano que sea atrapado en la frontera estadounidense será deportado automáticamente a México, sea de donde sea. Trump amenazó a México con aumentar aranceles si no conteníamos, como tercer país seguro, las distintas oleadas de migración. 2. La situación en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití, no favorece la paz y el sostenimiento de la vida cotidiana de sus ciudadanos. 3. Hay que añadir que buena parte de los integrantes y de las bases formativas de la Guardia Nacional son de matiz militar. 4. La Comisión Nacional de Derechos Humanos no tiene un papel protagónico en los casos migratorios. 5. Son las organizaciones de la sociedad civil, organizaciones religiosas y los propios habitantes de Tapachula quienes se encargan de cuidar en lo que pueden a los migrantes. 6. Los trámites que los migrantes pueden realizar ante el Instituto Nacional de Migración para solicitar refugio o cualquier posibilidad de legalidad, son excesivamente tardados y complicados. Si en su caso son haitianos, no comprenden el idioma de los formatos. 7. Siguen presentes organizaciones delictivas y desalmados corruptos que trafican con personas.
Acaban, en este fin de semana, de encontrar en el estado norteño de Tamaulipas, en una bodega, a más de 100 migrantes que llevaban 5 días sin comer ni beber. Y es que si tienes unos 10,000 dólares, las organizaciones delictivas te pueden acercar hasta la frontera. De esta cara aventura puede resultar la muerte, la trata de personas o llegar al paraíso del norte.
Estados Unidos y México, podemos sumar incluso a Canadá, son países en cuya historia el papel de los migrantes ha sido fundamental. No se puede explicar a estas naciones sin una tradición de albergue a las personas que llegan de más allá de sus fronteras. Tienen experiencia de integrar a los extranjeros en sus propias labores y hacerlos partícipes de la tarea común de construir el país. En el caso concreto de México fue muy clara su ejemplaridad con los republicanos españoles y cómo estos aportaron al crecimiento nacional. La vocación, pues, de los tres países es de acogida a grupos necesitados.
No son rémoras para el sistema, son fuentes de desarrollo económico, de variedad étnica y cultural y de riqueza humana para el futuro. ACNUR ya reconoce desde hace tiempo, que estos flujos de personas, en general, son fuente de prosperidad si somos capaces de respetar sus derechos y ofrecerles una oportunidad de desarrollo. Hay estudios de que los ciudadanos guatemaltecos afincados ya en Chiapas son fuentes importantísimas de productividad ¿Aunque sólo sea por interés no será mejor aceptarlos? ¿Aunque sea por dignidad humana no será mejor cuidarlos?