Peligroso ascenso de los extremistas en Alemania
• Los resultados reflejan las diferencias que todavía separan al país y el colapso de los dos grandes partidos
Pese al castigo de los partidos en el poder, 84% de encuestados consideran que la situación económica en Alemania es buena, frente al 74% que así lo creían hace cuatro años y 19% de hace ocho, cifras que apuntan a que el descontento no nace tanto de problemas económicos sino de temores relacionados con la inmigración o la identidad. El domingo, los alemanes volvieron a dar la victoria al partido de la canciller Angela Merkel en las elecciones generales, pero más de dos millones de electores castigaron su gestión.
Los votantes alemanes también decidieron que Alternativa para Alemania (AfD), la extrema derecha, entrará por primera vez y con fuerza en el Parlamento desde la Segunda Guerra Mundial. Y el partido socialdemócrata se desplomó alcanzando mínimos históricos.
Pero más allá de tres los grandes titulares, un análisis más detallado de los resultados ofrece conclusiones muy reveladoras. Tal vez la más relevante es que, casi 30 años después de la reunificación alemana, la brecha entre el Este y el Oeste del país sigue siendo profunda. Y otra: gran parte de los votos que pierden los dos grandes partidos los recoge la derecha ultranacionalista.
Casi tres décadas después de caer el muro, el este de Alemania es más pobre, está más despoblado, acumula más desempleo y registra una productividad menor que el resto del país. El domingo, esa brecha geográfica tuvo también un claro reflejo en las urnas, que ha situado a la extrema derecha como el segundo partido más votado en la antigua República Democrática Alemana.
Con un 20,5% de las preferencias, Alternativa por Alemania quedaría en segunda posición, solo por detrás de la CDU, que obtendría un 27,4%. Les seguiría el postcomunista Die Linke (17,3%), que sin embargo pierde apoyo en su bastión tradicional. Solo después estarían los socialdemócratas (14,6%), incapaces de descapitalizar las diferencias socioeconómicas de las dos Alemanias. En Sajonia, cerca de la frontera con Polonia, AfD llegó a arrebatarle tres distritos electorales a la CDU/CSU.
LA SANGRÍA DE LA GRAN COALICIÓN
El bloque conservador que lidera Merkel (CDU/ CSU) ha gobernado en coalición con el otro gran partido alemán, la socialdemocracia (SPD) durante ocho de los últimos 12 años. Los electores han castigado esta fórmula que ha proporcionado estabilidad, pero que también ha contribuido a generar grandes dosis de desafección política entre ciudadanos que no consiguen diferenciar a unos partidos de otros y que acaban pensando que son todos iguales, como muestra el ascenso de AfD.