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El corazón late a la izquierda

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Letras y Memorias
    •    Las rebeliones se construyen desde la esperanza


“Quieren que mi corazón esté a la derecha, entonces miro hacia abajo y late ahí, a la izquierda”. Palabras más, palabras menos, es lo que menciona una canción de la banda alemana de metal, Rammstein, haciendo alusión a las ideologías políticas y el punto en donde nuestros corazones laten, que gracias a la bendita anatomía siempre habrá de ser en la izquierda del pecho.

Cuando somos más pequeños, muchas veces se nos inculca que ser zurdo no resulta precisamente normal, prueba de ello fue mi abuela durante la crianza de mi señora madre. Usar la mano izquierda resultaba un tanto satánico y, creo recordar que hasta en la televisión llegué a ver un episodio en donde una mujer amarraba a su hijo zurdo con tal de que este fuese normalmente “derecho”.

Incluso la palabra en latín para referirse al flanco izquierdo, suele emplearse para hacer alusión a calamidades y la inexplicable sobrenaturalidad del miedo, lo siniestro, pues.

Pero, ¿qué hay de malo en proclamarse de izquierda en tiempos tan turbios como los que nos ha tocado vivir?

Veía muchos tuits en días recientes que, así sin más, golpeaban a personas que se expresaban desde el latido zurdo de su pecho y, eran catalogados como seres “ignorantes, comodinos, huevones y desobligados”. Habría que ir perfil por perfil para comprobar si esos calificativos son ciertos o no, pero lo que realmente deja a uno pensativo es el hecho de que ahora se retome esa antigua tradición de usar como insulto una creencia o ideología política, como en los tiempos de mis tíos mayores y los abuelos, cuando ser comunista representaba una aberración para el Estado, la Iglesia y hasta la familia.

Hoy, desde el privilegio que tengo en este espacio del Diario Plaza Juárez, me expreso como ese joven (tal vez no tan joven), que ve en la izquierda una esperanza. Me expreso citando a la saga de Star Wars, mientras reconozco que es cierta aquella frase dicha por Jyn Erso: “Las rebeliones se construyen en la esperanza”.

Y es justo como concibo a la izquierda de este tiempo turbulento, la buena izquierda será esa chispa de esperanza que arrase con todo desde los cimientos y nos dé la dignidad que durante décadas había sido arrebatada de nuestros pechos. Será la izquierda la que reeduque a nuestras familias, a nuestros hijos. Será la izquierda la que cobije el latido de las minorías oprimidas y de la camaradería violentada.

Decía Pepe Mujica, uno de los ex presidentes más respetados de la época reciente: “Si volviera a nacer trataría de ser menos burro, pero no dejaría de ser de izquierda”. Ahí habremos de cultivar la esperanza, desde la oposición; la oposición sana, de argumentos y razones, y no la de argüendes y faramallas, debemos ilustrarnos hasta realmente ser ese cambio que nos urge.

Gracias a las herencias de la izquierda es que un buen número de personas estamos aquí mero. No somos eso que en Twitter leo. No somos ni chairos ni resentidos. Somos en cambio los hijos del obrero y de la empleada doméstica, y estamos orgullosos de serlo, porque así como quien les escribe, hay millones de casos en este país, que necesitado pide a más izquierdistas para llevar las oportunidades que se nos han otorgado, al mayor número de personas posibles.

Tenemos hoy la oportunidad de tumbar los privilegios, romper paradigmas y latir al unísono, en el mismo lado del pecho.

¡Hasta el próximo martes!

Postdata: Si las injusticias siguen, que se destroce todo, y que a nuestros nuevos mártires se les recuerde como la chispa que encendió el fuego rebelde. “Fiat iustitia et pereat mundus”.

Mi Twitter: @SoyOsmarEslava