El Coloso: el cuadro maldito del Prado pierde también el marco

Le fue colocado temporalmente un listón negro en lugar del rico y dorado con el que llegó al museo en 1930, procedente del legado Fernández Durán

El celebre cuadro El Coloso, una de las más importantes obras de Goya hasta que fue descatalogado por el Museo del Prado en 2009 en medio de una gran polémica, va camino de convertirse en una pintura maldita del museo. Después de perder su consideración de Goya, ahora ha sido cambiado el marco con el que llegó al museo en 1931, parte del legado de Pedro Fernández Durán.
Todo comenzó con el intento de adjudicárselo a los pinceles de Asensio Juliá en 2008, hipótesis que los especialistas del Prado no pudieron sostener. Después la datación cercana a 1800 de una estampa goyesca de un “Gigante”, que habría inspirado el lienzo, algo que rebatió Jesusa Vega en la revista científica “Goya”, que la data en 1816-18. Luego vino por fin la publicación de un estudio de la jefa de conservación de pintura española del XVII y Goya del Prado, Manuela Mena, que el Prado destinó a la web del museo, en el que defendía su criterio negativo hacia la célebre figura del gigante, que tanta influencia ha tenido en nuestra cultura durante dos siglos. Después otros estudios trataron de rebatir ese criterio, pero el Prado ya no los tuvo en cuenta.
A pesar de la discrepancia de grandes especialistas como Nigel Glendinning, Jesusa Vega, Sarah Symmons o Valeriano Bozal, la cartela acabó informando al visitante de que “El Coloso” es obra de “un seguidor de Goya” sin identificar y que más que la alegoría de la Guerra de Independencia representa “asuntos más prosaicos como una tormenta en el campo”.
En noviembre de 2015, El Coloso visitó los nobles muros de la Albertina vienesa, como estrella de la exposición “Mundos del Romanticismo”. Fue allí donde echaron en falta el marco dorado, ricamente decorado, con el que llegó al Prado en 1931. Se trataba de un marco con el que lo guardaban los herederos de los marqueses de Perales y de Tolosa -hay registros desde 1870 por el momento-, cuyo antecesor, gran coleccionista, había sido retratado por Goya.
El cambio fue temporal, debido a un proceso de restauración. Pero dos años después, y tras haber viajado también a Moscú para otra muestra, ha vuelto a las salas y el marco continúa siendo el mismo. El marco se cambió el marco de cara al viaje a Viena, porque el otro era muy pesado. Volvió a Madrid y después viajó a Moscú.
Ante la petición de razones menos personales, el portavoz indicó que el otro marco no era el original, sino el que alguien puso. Y el nuevo resalta más la obra y ya no se tiene intención de cambiarlo.
El nuevo marco es más parecido al de las Pinturas Negras, que se muestran en la sala contigua. ¿Tal vez con este cambio se le quiera acercar a su origen de Goya auténtico? Para el Prado esas pinturas no tienen dudas.

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