Prefirió suicidarse, antes que enfrentar la ley
• Su exsecretario asegura que el ex presidente recibió de la empresa 4 millones de dólares
EFE.- El caso del expresidente peruano Alan García, quien se suicidó en abril pasado para evitar ser detenido por sus presuntos vínculos con Odebrecht, volvió ayer al primer plano tras la declaración de su exsecretario Luis Nava de que aquel recibió dinero de la empresa en maletines y loncheras.
Además de devolver a la actualidad una vieja polémica sobre la presunta implicación del exgobernante en casos de corrupción, la confesión de Nava le permitió obtener rápidamente el cambio de su situación legal de prisión efectiva a arresto domiciliario y motivó el anuncio de acciones legales de los hijos de García.
Nava se acogió a la colaboración eficaz (confesión sincera) en la investigación que se le sigue por presuntamente haber recibido 4 millones de dólares de Odebrecht, y afirmó que el exmandatario recibió dinero de Odebrecht desde 2006, tanto durante su campaña electoral como cuando ya era presidente.
Según la confesión del exfuncionario, publicada por el portal IDL Reporteros, el brasileño Jorge Barata, entonces apoderado de Odebrecht en Perú, visitó numerosas veces a García, tanto en el local de campaña del Partido Aprista Peruano (PAP) como en el Palacio de Gobierno, durante su segundo gobierno (2006-2011).
Entre otros detalles, señaló que vio que Barata “cargaba una lonchera de alimentos tipo escolar” que, poco tiempo después, supo que contenía dinero en efectivo que era entregado a García.
Tras conocerse este testimonio, una jueza peruana aceptó este jueves que el exsecretario presidencial pase a arresto domiciliario desde la cárcel en la que cumplía 36 meses de prisión preventiva.