EL CAMPO BRAVO DE AJACUBA

#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
    •    En este municipio del suroeste del estado de Hidalgo, pasta un importante hato de ganado de lidia, criado con mucha afición y esfuerzo de dos familias ganaderas


Estimado amigos saludandolos, con el gusto de siempre, desde este espacio de Plaza Juárez. La historia consigna que la charrería y la fiesta brava están arraigadas en el estado de Hidalgo, habida cuenta que en su territorio tuvieron señorío las más representativas haciendas ganaderas, por lo que en el siglo XVII en haciendas ubicadas en los llanos de Apan, mediante cédula real, se permitió al mestizo y al indígena montar a caballo, iniciándose así la participación de nuestra gente en estas actividades, que a lo largo de los siglos se han mantenido como tradiciones culturales celosamente guardadas por el pueblo hidalguense.
En este sentido, a lo largo de la historia, en nuestra entidad, han existido y existen, ganaderías de toros de lidia, siendo los primeros registros los de dehesas que pastaban en el municipio de Tepeapulco. Se apunta también, que en las “haciendas del conde de regla”, “en 1785, se criaba ganado de lidia”, teniéndose estas como las más antiguas de que se tenga conocimiento en el estado de Hidalgo. Para el año de 1789, pastaban también toros en Tlahuelilpan, que pertenecieran “al conde de la cortina” y años después se inicia la cría de ganado bravo en la hacienda de Gelasio García, en Tulancingo.
Como queda constancia la crianza del toro de lidia en Hidalgo, data del siglo XVIII y a través de 233 años, han existido en su territorio un buen número de ganaderías de bravo, siendo la de mayor antigüedad, en la época moderna, la de don Heriberto Rodríguez fundada en 1926; de las dehesas que han desaparecido o cambiado de entidad sus hatos podemos contar las de “Monteverde”, “De Paula”, “Juan Reyes”, “Manuel Macías”, “San Jerónimo”, “Salvador Rojas”, “Los Morales”, “Sierra Ortega Hermanos”, “Mar de Nubes”, “Santa Ana”, “San José de Santa Rosa” y “Bernaldo de Quiroz”.
En la actualidad en la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia se cuenta con 18 registros de dehesas en el estado de Hidalgo, así en Almoloya pasta “Torreón de Cañas”, “Heriberto Rodríguez” en Apan, “Ernesto Cuevas” y “Maravillas” en Chapantongo, “Julio Moreno” y Real Hacienda el Zendo en Huichapan, “Las Huertas en Nopala de Villagran, “Dos Peñas” en San Agustín Tlaxiaca, “Fernando de la Mora” y “Huichapan” en Tecozautla; “Pie de Casas”, “San Judas Tadeo”, “Tequisquiapan” y “Zamarrero” en Tepeji del Río de Ocampo, en Tolcayuca “José Arroyo”, “Jesús Arroyo” en Zacualtipán, finalmente en Zempoala “Benito Cortés Blancas” y “Cieneguilla”.
Sin embargo, existen en territorio hidalguense otras casas ganaderas, que aún sin estar registradas en la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, vienen lidiando regularmente sus astados con bastante éxito, siendo sin duda Ajacuba el más representativo de los municipios en donde se asientan ganaderías sin registro en nuestra entidad.
Ajacuba se encuentra localizado geográficamente al suroeste del estado de Hidalgo, limita al norte, con los municipios de Mixquiahuala de Juárez, Francisco I Madero y San Salvador; al este, con los municipios de Actopan y San Agustín Tlaxiaca; al oeste, con los municipios de Atitalaquia, Tetepango y Mixquiahuala de Juárez; en tanto que al sur, con los municipios de San Agustín Tlaxiaca, Atotonilco de Tula, Atitalaquia y el Estado de México, cuenta con una superficie total de 252.53 Kms2.
El toro de lidia llegó al municipio de Ajacuba, a través del picador poblano Juan Aguirre García “Conejo Chico” -picador oficial de la ganadería zacatecana de San Mateo- cuando en el año de 1932 decide crear su casa ganadera con el nombre de “Juan Aguirre”, para lo cual rentó a don Cecilio Morales terrenos de la antigua hacienda de Tenguedó, iniciando con vacas de la vacada tlaxcalteca de Zacatepec puestas con un semental de San Mateo; don Juan Aguirre mantuvo su hato en Ajacuba, hasta el año 1935 en que lo trasladó al rancho “La Esperanza” municipio de Tepeji del Río, Hidalgo.
Dada la relación de amistad y negocios entre don Juan Aguirre y don Cecilio Morales este y su hermano Isaac, se inician en la crianza de ganado de lidia poniendo vacas criollas con sementales de “Juan Aguirre”.
Más adelante, por su parte, los hermanos Anastasio y Luis Castro Vega, inician su sueño ganadero, con un pie de simiente, también de vacas criollas puestas con un semental de Ernesto Cuevas, cuya dehesa ya pastaba en el municipio vecino de Tepeji del Río de Ocampo.
Así a través de los años, a base de afición, trabajo, esfuerzo y sacrificio estas familias ganaderas han venido depurando sus hatos hasta alcanzar resultados extraordinarios. Hasta aquí nos alcanza el espacio, continuamos la semana entrante.

Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.

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