El camino de la compasión en política

El camino de la compasión en política

RETRATOS HABLADOS

En realidad, el tiempo de campañas es muy corto como para poder conocer a fondo el proyecto de gobierno, que cada uno de los candidatos a la primera magistratura de Hidalgo, tienen en mente realizar. Y por supuesto resulta imposible asomarse siquiera a la forma de pensar de los aspirantes, es decir al verdadero yo que los guía en esta corta travesía rumbo a los comicios del mes de junio. Es decir, al final del día, nos enfrentaremos con la cruda realidad de que, igual que somos unos desconocidos para cada uno de los que buscan dirigir nuestros destinos por seis años, también ellos lo son para nosotros, porque ninguna relación cercana puede establecerse en dos meses y días de actividades de proselitismo.

Así que debemos enfrentarnos con el trago amargo de que ni nos conocen, ni los conocemos, al menos no con la posibilidad de reconocernos en ellos como portadores de los sueños de una inmensa mayoría de los que habitamos la entidad hidalguense.

Cuando mucho conocemos sus trayectorias en lo laboral y político, sea en el terreno privado o el público. Pero de otros de plano no sabemos nada, como no sea que en cada elección de pronto se aparecen, para después volver a desaparecer hasta que se presente una nueva oportunidad de jugar el juego que tan bien conocen, y por el que seguramente obtienen pingües ganancias.

Tampoco es asunto de que se pasen décadas enteras en campañas, porque además de que salen muy caras y regularmente deben ser pagadas con recursos económicos de origen desconocido, acaban por hacer que se olviden de la razón central de su lucha.

Sin embargo, y más allá de las cada vez más absurdas y lamentables denostaciones que acostumbran para “incendiar las redes”, y así congraciarse con el público que aún gusta de pedir a gritos que “quieren ver sangre”, pero que para fortuna de todos se reduce irremediablemente, el hecho rotundo es que de alguna forma debemos conocer el pensamiento quienes hoy buscan el primer cargo de elección popular en importancia de Hidalgo.

Sería una buena idea que las campañas buscaran ese objetivo central, y confirmar que ninguno de los hoy suspirantes padece obsesiones por el poder, delirios de grandeza, o incapacidad para comprender la realidad.

Sería un paso fundamental confirmar que su estado de salud mental es positivo, y que distinguen con certeza lo que es irreal de lo real, lo bueno de lo malo, sus propias limitaciones y su capacidad real para comprender la compasión, siempre un paso más allá de la empatía, y un camino real para buscar con verdadero compromiso aliviar el sufrimiento de los semejantes.

Porque hoy por hoy, las campañas han derivado en un escenario del que poco obtiene el futuro elector, como no sea más confusión al confirmar que cada uno coincide en críticas acérrimas a quien convierten en su enemigo o enemiga, por el simple hecho de que les disputan el puesto, el cargo de poder.

Debiera haber un espacio real para la reflexión, más que la discusión, en torno a la verdadera personalidad de cada uno de los pretendientes. Reflexión que arrojaría luces claras sobre su verdadero yo, ese elemento vital para conocerlos, para saber que son simplemente otros semejantes a nosotros, pero que buscan en el camino de la verdadera compasión, la posibilidad de construir una mejor sociedad hidalguense.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajaurez.m,x

@JavierEPeralta

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