RELATOS DE VIDA

¡Mamitaaaaaa! – gritó Dieguito pese a estar a un metro de distancia de su madre – ¿Qué pasó hijo? – respondió espantada por la cercanía del llamado.
¿Me podrías ayudar a mi tarea? – cuestionó el pequeño de 7 años de edad – Si mi amor, ¿de qué se trata? – contestó la madre con total seguridad.
Tengo que exponer el tema del calentamiento global para la clase de mañana, y en el café internet ya está cerrado para investigar, ¿me puedes explicar? – detalló Dieguito, mientras su mamá lo observaba con severidad, enojada por no haberse acordado antes de la tarea.
Pues mira, el calentamiento global es el efecto producido por la contaminación, es decir que la temperatura de la tierra aumenta, y eso afecta porque los glaciares se están derritiendo y los lugares donde hay animales y plantas se están perdiendo – detalló la madre como toda una experta.
¿Y eso es malo? – Preguntó el niño – Pues si mi amor, porque poco a poco se está perdiendo la vida del mundo donde vivimos y podríamos dejar de existir.
Pero, ¿podemos enfermarnos por lo que está pasando en la tierra? – volvió a preguntar Dieguito – Pues eso no lo sé bien mi amor, pero el verdadero problema aquí es que si seguimos contaminando, no vamos a tener un lugar seguro donde vivir.
Oye mami, pero ¿el calentamiento global es contagioso?, si sube la temperatura del planeta, ¿también nuestra temperatura sube? –  dijo intrigado el pequeño – No mi amor, eso no tiene nada que ver, nuestra temperatura corporal sube por una enfermedad como dolor de panza, de cabeza, pero nada tiene que ver con el calentamiento global. ¿Por qué lo preguntas? – reviró la pregunta.
Porque ayer en la noche, después de darle las buenas noches a mi papá que estaba viendo las noticias de inundaciones en México, escuché que dijo “eso pasa por la pinche gente cochina que anda tirando la basura en la calle y luego se pregunta el porqué del calentamiento global. Y hablando de calentamiento, vente para acá vieja que ya ando bien caliente” – explicó Dieguito, citando las palabras exactas de su padre.
¡Ah! No mi amor, es que ayer tu papá estaba resfriado y un síntoma común es estar caliente, pero con un buen caldito y su lechita se fue a dormir – respondió la madre con un notorio color rojizo en las mejillas.