La relación duró “uno, dos, tres años”, según Morales. Zapata le dijo que habían concebido un hijo, que él accedió a reconocer. Sin ver al niño, que supuestamente estaba enfermo, asistió al registro civil de Cochabamba, firmó un certificado de nacimiento. La supuesta madre presentó allí un documento de “nacido vivo” de una clínica, que después se revelaría como falso. En los meses posteriores pidió al presidente dinero para curar a su hijo y luego le dijo que, pese a sus esfuerzos, éste había fallecido.
Todo el mundo lo conoce como el “culebrón boliviano”. Es la historia del peligroso romance del presidente Evo Morales con una mujer joven, atractiva y ambiciosa, que le atribuyó un hijo inexistente y usó esta relación, para establecer relaciones muy cercanas con el Gobierno del Movimiento al Socialismo, relaciones de las que al parecer se aprovechó para beneficiar a empresarios de distinto tipo, sobre todo de origen chino.
Las sospechas de que la corrupción hubiera alcanzado a Morales se disipan después de que la protagonista de la telenovela se mostrara como una timadora acostumbrada a declarar en falso.
Gabriela Zapata, que está encarcelada, comenzó su malograda carrera de arribista incorporándose a los llamados “trabajadores sociales comunitarios”, un grupo de jóvenes orientados a difundir la revolución. Tenía alrededor de 18 años. Allí conoció a Evo Morales, que le llevaba 27 años y, según ella, era “el mayor líder de la historia de Bolivia”. Tuvieron una relación que una amiga de ella intentó presentar como estupro. Sin embargo, según Morales, el amorío comenzó en 2007, cuando Gabriela ya era mayor de edad.
En febrero pasado, poco antes del referendo sobre la reelección de Morales, el acta de nacimiento del bebé terminó, no se sabe cómo, en manos del periodista Carlos Valverde, quien notó que la mujer que aparecía en el documento era la gerente comercial de una empresa china, millonaria contratista del Gobierno. Valverde denunció tráfico de influencias. Morales desmintió la acusación, pero reconociendo que había habido una relación y un hijo fallecido.