DE CUERPO ENTERO
• Es innegable que el mundo contemporáneo fue diseñado para los jóvenes, el viejo, el anciano, se convierte muchas veces en la carga de la familia…
1.- INTRODUCCIÓN
Cuando el mundo americano fue descubierto la esperanza de vida era de 28 años de edad, seguramente porque la muerte sorprendía muy temprano tanto por la enfermedad como por las guerras y la violencia; hoy mismo bien se puede alcanzar una existencia que supera los 75 años de edad, y es muy factible que dentro de 30 se superarán los 100 con un panorama que se vislumbra como soñador.
Es innegable que el mundo contemporáneo fue diseñado para los jóvenes, el viejo, el anciano, se convierte muchas veces en la carga de la familia, o el que pesa, vive el abandono y la soledad. Así las cosas, quién se atreve a por lo menos imaginar que en esta etapa de la vida también se vive la ensoñación de la sexualidad y del amor.
Por definición se piensa que al llegar a la mal llamada tercera edad, solo debe pensarse en el cuidado de los nietos, o en esos viejos recuerdos que con los ojos llenos de luz los ancianos repiten tanto, o que deben formarse todas las semanas para recibir su regalo por parte de la 4T, ahora que vuelven la vista e imaginan que un regalo monetario regular resuelve su existencia; el anciano para sorpresa de muchos sigue ávido de sensaciones, de amores y pasiones que la existencia del consumo le ha cancelado, el viejo quiere seguir sintiendo el deseo y los placeres del amor.
2.- LA MUJER ANCIANA Y LA SEXUALIDAD
En realidad, los cambios que existen en la mujer anciana en relación a la sexualidad, están dados solo por la deficiencia hormonal (estrógenos) y que por un proceso natural ocurren a partir de los 50 años de edad, los tejidos de los órganos sexuales pierden su elasticidad, su humedad, su consistencia, lo que genera a veces dolor durante el coito, y cierta dificultad para la excitación. Estudios bien llevados han demostrado que el deseo sexual persiste, y que en muchos casos se incrementa. Es frecuente que, a estas alturas de la vida, muchas ancianas ya hayan sido operadas de la matriz, lo que también abre otro mito para suspender la sexualidad. El útero después de los 50 años de edad, ya no tiene ninguna función y evidentemente no tienen nada que ver con el placer y la excitación.
Las mujeres mayores siempre están dispuestas al placer sexual, sin embargo, son pocas las que continúan ejerciéndolo mucho por enfermedades mal tratadas, y otro tanto por la soledad. Las mujeres viven en promedio 7 años más que los hombres.
En un estudio reciente acerca del comportamiento erótico de los ancianos se demostró que las mujeres tienen más fantasías sexuales, y más deseos de renovar la ya muchas veces agotada vida sexual de la pareja.
En relación a la respuesta sexual, la mujer mayor tarda más en lograr la respuesta de orgasmo, sin embargo, con los ingredientes adecuados, con el sustento del amor y del compromiso lo logra con la intensidad de siempre.
3.- EL HOMBRE MAYOR Y LA SEXUALIDAD
En la medida que el hombre envejece, surgen cambios que son inevitables y progresivos. El testículo –productor de espermatozoides y de hormonas- empieza a perder su consistencia, disminuye de tamaño; la próstata crece a veces demasiado casi en el 50% de los hombres. En cuanto a la respuesta sexual, requerirá más tiempo de estimulación para lograr una erección firme suficiente para realizar el coito, la eyaculación será con menor contenido, pero no por eso menos placentera, y el periodo refractario, esto es el tiempo que requerirá para una nueva relación será más prolongado.
Los verdaderos conflictos del anciano con respecto a la sexualidad son: la soledad y las enfermedades. Es bien cierto que el hombre mayor que se queda solo le es difícil –menos que en las mujeres- de conseguir una pareja, y después de lograr una relación armoniosa. Por otro lado, los hombres son más proclives a las enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, por ejemplo-, que no solo bloquea su deseo al sexo, sino que le impide un desempeño efectivo.
4.- LOS ANCIANOS Y EL AMOR
Son de noticia periodística el que unas parejas de ancianos se casen o decidan una vida en pareja, son la excepción a la regla, dado que de ellos solo se espera paz, sosiego y aislamiento. Si bien es cierto que la edad impone limitaciones para la vida erótica, nunca podrá limitar la experiencia del amor, del sentir cosas buenas por otra persona, y de inundarse de sentimientos que llenan el universo.
El amor es una experiencia que como el aire que flota está allí, para que todos podamos tomarlo, incorporarlo a nuestras vidas y logremos remontar vuelos que nos hagan soñar.
En nuestro país menos del 15% lo forman ancianos, siendo obviamente un país de gente joven, por lo que existen pocas preocupaciones para brindar caminos seguros a nuestros viejos. La sexualidad como herramienta de convivencia resulta mejor llevada sino se habla, si se recurre a que esa etapa ya pasó. ¡Hoy es cuando tú puedes descubrir cosas maravillosas y nuevas con solo pensar que la vida te debe muchos suspiros y muchos placeres! Atrapa esta etapa de tu vida y procura estrenar diariamente una caricia.
5.- UNA HISTORIA REAL
Desde hace muchas semanas a don Juan, su nieta lo lleva todas las mañanas a que tome el sol en el parque, sentado en su silla de ruedas espera con un rostro adusto que las horas pasen y que nuevamente lo encierren como un mueble viejo, conoce a toda la gente que pasa cruzando tan rápido que está seguro lo confunden con un adorno más del kiosco. Una mañana descubrió al otro lado del parque a Carmen, una anciana con los cabellos blancos y con una sonrisa de perlas, que lo veía con insistencia, vio unos ojos bellos y un suave calorcito fue subiendo por su vientre. Ella también permanecía sentada en una silla de ruedas, pero a diferencia de Juan sonreía con mucha dulzura. Platicaron muchas mañanas, ambos eran viudos y así como deslizando las manos en la arena del mar, un día Juan le dijo que la amaba, le besó las manos sintiendo que vivía el acto más erótico de su existencia. Todos fueron testigos, el amor había llegado con una intensidad inaudita.
