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Ejército sirio avanza con apoyo ruso

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en un marco de guerra fría

  • La aviación rusa allana el camino al régimen en las provincias de Idlib y Hama y en el feudo alauí de Latakia, donde Moscú defiende su base naval de Tartus

La organización Human Rights Watch acusó a Rusia de estar utilizando o de suministrar al Ejército sirio bombas de racimo, que causan grandes daños entre la población al diseminar miles de pequeños proyectiles. Ni Siria ni Rusia han suscrito la convención internacional que prohíbe este tipo de armas.

Apoyado por miles de combatientes chiíes libaneses de Hezbolá y por centenares de guardias revolucionarios iraníes, el Ejército del presidente Bachar el Asad ha profundizado en las últimas horas su avance sobre las líneas rebeldes. La intensa campaña de la aviación rusa durante los últimos 12 días le ha allanado el camino en las provincias de Idlib y Hama (oeste) y en su feudo alauí de Latakia, en la costa mediterránea, donde Moscú defiende su base naval de Tartus en un escenario que se asemeja cada vez más al de la guerra fría.

Casi todos los bombardeos rusos han ido dirigidos contra posiciones insurgentes distintas de las del Estado Islámico (EI), en contra de los repetidos anuncios del Estado Mayor ruso. Moscú destacó el domingo progresos en las conversaciones con EU para evitar enfrentamientos accidentales entre sus cazas sobre el espacio aéreo sirio. Washington lidera una coalición internacional, en la que participan varios países occidentales, a los que se ha sumado recientemente Francia, y árabes, que bombardea desde hace más de un año las bases del Estado Islámico en Siria e Irak.

El Gobierno israelí ya negoció en septiembre un acuerdo similar en las operaciones de castigo de su fuerza aérea en el vecino país árabe, que se suelen centrar en torno a los altos del Golán —región siria ocupada por Israel desde 1967— como represalias contra el lanzamiento de cohetes contra su territorio. Turquía, sin embargo, ha denunciado la violación de su espacio aéreo por aparatos rusos, que ha forzado a Ankara a ordenar maniobras de interceptación, y ha solicitado el respaldo de la OTAN frente a una eventual amenaza a su seguridad.