Bagdad.- El Ejército iraquí, apoyado por milicias chiíes y tribales, continúa ganando terreno a combatientes del autodenominado Estado Islámico (EI) en la estratégica ciudad de Tikrit, donde avanza con cautela por la gran cantidad de explosivos colocados por los yihadistas. Las fuerzas regulares y las milicias iraquíes alcanzaron el lunes la zona septentrional de una ciudad clave en la ofensiva contra los terroristas, que se hicieron con el control de un tercio del país en junio pasado.
Las tropas fieles a Bagdad avanzan en Tikrit en varios frentes –han tomado la zona industrial y la plaza de las Celebraciones -forzando a los militantes del EI a retirarse hacia el centro de la ciudad. La idea de los mandos iraquíes es no precipitar el avance hacia el sur. “No queremos precipitarnos para evitar bajas”, declaró el general de la policía Bahaa Al-Azawi. “Tikrit está sitiada por todos los lados”, añadió. El miércoles, los soldados y los miembros de las unidades de movilización popular, una fuerza paramilitar formada en mayoría por milicias chiíes, retomaron buena parte del barrio de Qadisiyah.
Hadi al-Almeri, comandante de las Unidades de Movilización Popular, ha declarado a los periodistas presentes en las proximidades de la línea del frente, que los combatientes del Estado Islámico no tienen vía de escape. “Tienen dos opciones: rendirse o morir”, afirmó.
Recuperar el control completo de Tikrit, capital de Saladino, en el vértice superior del llamado triángulo suní, es fundamental para seguir la ofensiva militar con vista al asalto a Mosul, la tercera urbe iraquí que en junio pasado cayó en manos de los yihadistas. (Agencias)