EFEMÉRIDES: ONCE AÑOS DEL ENCUENTRO “REY MAGO’’ Y “EL PANA’’

#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
    •    Ayer se cumplieron once años el encuentro del noble “Rey Mago” de Garfias y “El Pana” en la Monumental Plaza de Toros México

    •    “Burlón de encalesada rebeldía/chamaco de limón agitanado/maestro infiel y siempre perfumado/de “el santo olor de la panadería”.


Estimados amigos, con el gusto de saludarlos desde este espacio de Plaza Juárez. “Efeméride”, como sabemos, es un acontecimiento notable que se recuerda en su aniversario, acontecimiento que toma relevancia cuando fue un hito en la vida del actor del mismo y que, además, éste ya no se encuentra en el mundo de los vivos.
“Rey Mago que en las musas reinaría/sobre un azteca ruedo desbordado/que besa un corazón enamorado/del dulce sollozar de la alegría”.
Ayer 07 de enero, se cumplieron once años del encuentro del llamado “Brujo de Apizaco” Rodolfo Rodríguez González “El Pana” y el noble astado “Rey Mago” de la Ganadería potosina de Garfias, en el marco de la Temporada Grande 2006-2007 de la Monumental Plaza de Toros México, esa tarde debió haberse retirado “El Pana” como lo había decidido Rodolfo Rodríguez González, después de lidiar el lote de Garfias que le había correspondido.
“Al negro amanecer de las cantinas/le visten de “Don Juan” las mesalinas/junto a la “Porra Libre” que le reza”.
Pero no, saltó al ruedo “Rey Mago” un toro de bonitas hechuras, de 550 kilos, con el que “El Pana” destapó el frasco de las esencias taurinas y realizó una de las más bellas y, seguramente, la más importante faena de su vida, que si bien fue básicamente derechista estuvo llena de detalles artísticos, pinceladas que llenaron el ruedo de la gran México de arte, magia y duende, así lo que debió haber sido su despedida, su sepelio profesional fue su resurrección y con cincuenta y cinco años a cuestas comenzó a recorrer nuevamente la geografía taurina de la República Mexicana y el extranjero, lleno de ilusiones como un chaval.
“Que la tarde de un séptimo de enero/un arcángel vestido de torero/soñó la eternidad de la belleza.”
Así, ilusionado, el año siguiente, llegó a Europa para presentarse en Madrid, en la Plaza de Toros de Vistalegre, mano a mano con José Antonio Morante Camacho “Morante de la Puebla”, hasta donde llegaron aficionados de toda España y las localidades taurinas de Francia, atraídos por la romántica historia taurina de “El Pana” y su “agitanada” manera de hacer el toreo.
De este modo “El Pana” convenció a Rodolfo Rodríguez González, que debían seguir toreando, lo cual hizo regularmente durante sus últimos nueve años de vida, alcanzando una de sus mayores ilusiones al encerrarse con seis astados de Manuel Espinoza e hijos en la Plaza de Toros Silverio Pérez de Texcoco, Estado de México el 06 de marzo de 2016.
La trascendencia de la tarde del 07 de enero de 2007 toma relevancia con la muerte de “El Pana”, el 02 de junio de 2016.
La muerte que andaba a la caza del maestro tlaxcalteca lo alcanzó una tarde de domingo en la Plaza de Ciudad Lerdo, Durango, en la conurbación con Gómez Palacio del mismo Estado y Torreón Coahuila, cuando los dos ejemplares de la vacada de Guaname, que le tocaron en suerte (o mala suerte), le propinaron terribles volteretas, al ser prendido y volteado feamente por su primero cayendo de cabeza de mala manera; siendo la más delicada la que le propinó su segundo astado de nombre “Pan Francés”, al caer de cara a la arena se fracturó tres vértebras cervicales, causándole una lesión raquimedular cervical severa que fracturó tres vértebras cervicales, para finalmente serle diagnosticada la cuadriplejia.
De la Región de La Laguna, “El Pana” fue trasladado a la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, en donde permaneció internado en el Hospital General durante 32 días, hasta que a las 17:45 horas del día 02 de junio, el corazón gitano de Rodolfo Rodríguez González se negó a seguir latiendo, permitiendo a “El Pana” iniciar el paseíllo hacia el misterio eterno.
Esta muerte, prevista y esperada, causó gran pesar en la Fiesta Brava mundial, generando infinidad de manifestaciones de reconocimiento al torero y al ser humano que se amalgamaron en Rodolfo Rodríguez “El Pana”, que con su manera de vivir fue hilando su leyenda, caminando siempre a contracorriente, dentro y fuera de los ruedos, enfrentando a tirios y troyanos de la Fiesta Brava, pero sobre todo luchando contra sus propios demonios.
Once años después de la tarde en que “El Pana” debió morir, sigue más vivo que nunca.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.

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