• Aniversario de la muerte del ‘Comandante Supremo’

Caracas.- “El legado de Hugo Chávez es gigantesco”. Nicolás Maduro, autoproclamado ‘hijo de Chávez’, homenajeó a su padrino político horas antes de que ayer se cumplieran los dos años de su “siembra” (muerte), como la bautizó el oficialismo. Dos años en los cuales la herencia del líder revolucionario, sumada a la gestión del actual primer mandatario, amenaza con aplastar a la revolución bolivariana.

“Cuando estaba Chávez todo era distinto”. La frase se repite hasta la saciedad, aunque por supuesto no en los medios públicos. No sólo los chavistas ortodoxos, apartados del poder y de los órganos de dirección del partido, echan de menos al comandante. Hasta los opositores lo hacen, no tanto por su obra, sino por el derrumbe provocado desde su muerte el 5 de marzo de 2013. Poco importa que los economistas más prestigiosos del país consideren que el deslave es producto de decisiones económicas de aquella época. El resultado salta a la vista todos los días en las calles del país.

Venezuela sufre una terrible recesión económica mientras espera unos comicios parlamentarios para este año en medio de la persecución contra dirigentes opositores y medios independientes. Y todo ello con la sacudida diaria de una guerra no declarada, la violencia urbana que desangra al país.

Los actos de homenajes en el Cuartel de la Montaña, donde descansa el cuerpo del comandante, subirán un grado más el culto al héroe desaparecido, a quién la retórica revolucionaria ha elevado a su propio Olimpo: Cristo de los Pobres de América Latina, Comandante Supremo, Líder Eterno, Gigante… Hasta San Hugo Chávez del 23 de Enero, el barrio bastión de la revolución. (Agencias)