Donald Trump reafirmó el miércoles los ejes de su línea política, que se resumen en una palabra: No. No va a poner sus intereses empresariales en lo que se llama un ‘fideicomiso ciego’, es decir, en manos de un gestor totalmente independiente. No va vender sus activos.
No ha tenido ninguna relación con el Gobierno ruso que permita a Vladimir Putin chantajearle, como declara un informe elaborado por una empresa privada al que los servicios de espionaje de EU conceden la máxima credibilidad y cuya autenticidad está investigando el FBI.
No va a publicar su declaración del IRPF – lo que despejaría los rumores sobre sus conexiones con Putin – porque “eso es algo que solo os interesa a vosotros”, como dijo a los periodistas.
Va a derogar el Obamacare, aunque no desveló cómo lo va a sustituir. Y no va a abandonar el proyecto del muro fronterizo con México.
En lo único en lo que Trump cedió, pero solo un poco, fue en admitir que Rusia entró en los servidores del Comité Nacional Demócrata para sustraer información dañina para Hillary Clinton. “En lo que respecta al ‘hackeo’, pienso que fue Rusia”, dijo. Pero, a continuación, matizó. “A EU lo ‘hackea’ todo mundo. Eso incluye a China y Rusia”, dijo Trump, en un nuevo ejemplo de su tendencia a hablar de China – un país que, al igual que México y Japón “nos estafa”.