TERRAZA
El populismo surge de políticos razonablemente carismáticos que conectan con el miedo o el enojo de los electores. En la narrativa de Trump, todo se resuelve cerrando el paso a los migrantes indocumentados que cruzan el río, y van a quitarles su empleo a blancos-protestantes cuyo nivel de vida va en picada.
Estimados lectores, sin lugar a duda el tema de Donald Trump todavía da de que hablar; la opinión de las personas, sobre todo al interior del Partido Republicano, dan mucho para el análisis.
Quienes han tenido relación con Trump en un contexto empresarial o político, afirman que su retórica no es otra cosa que una campaña de marketing, pues él, necesita como estrategia comportarse tal cual lo ha hecho hasta ahora, para salir adelante en las elecciones primarias republicanas. Si lo logra, veremos a un candidato cambiado, más serio y sin tanta crítica a los temas que en su primera vuelta le ha dejado tan buenos resultados.
Llaman mi atención sus seguidores, a quienes les gusta su discurso racista.
Puede ser que intente ahora incluir a su hija Ivanka para atraer a las mujeres votantes, y así contrarrestar su imagen sexista; esto sería una arma poderosa, pues Ivanka no sólo es inteligente, sino además tiene un sitio web, donde se promueve el feminismo suave.
Es casi seguro que Trump cambie su lenguaje haciéndolo más pragmático e incluir algunas ideas más sensatas. La estrategia sostiene en su plataforma por ejemplo, que el Presidente debe iniciar su mandato creando un plan nacional que se concentre en cuatro objetivos económicos: crear 25 millones de nuevos empleos netos en la próxima década, asegurar que el seguro social dure otros 75 años, cuadrar el presupuesto federal para 2030, y hacer que Estados Unidos tenga seguridad energética para 2024.
Si Trump o cualquiera otra persona usara este lenguaje, atraería a los votantes que están hartos del estancamiento, y podría calmar a los mercados financieros, que efectivamente están hartos de arriesgadas políticas presupuestarias y cierres del gobierno.
La gran pregunta ahora es: ¿Donald Trump ganará las primarias del Partido Republicano? En lo personal pienso que sí las ganará. Ya lo podremos ir viendo con su cambio de estrategia, y como candidato del Partido Republicano enfrentándose seguramente a Hillary Clinton del Partido Demócrata, del que todo hace suponer será la representante.
Donald Trump, aunque las cosas le han salido bien hasta ahora, no deja de ser cuestionado por algunos grupos, por ejemplo hace unos días, tuvo un mal jornada, luego que cientos de opositores a sus políticas interrumpieron un acto de campaña en San Luis Missouri, y otros le obligaron a cancelar un mitin en Chicago, Illinois.
Sin embargo, por otro lado, consiguió el apoyo de un ex adversario en la disputa interna del Partido Republicano, Ben Carson, quien a finales del año pasado llegó a ser considerado una opción viable para ganarle a Trump en las primarias del Partido Republicano.
Para Carson, “hay dos Donald Trump”, uno que es un orador arrasador que no tiene problemas en decir lo que piensa, y otro que es muy cerebral, que considera todas las cosas muy cuidadosamente y con quien se puede conversar.
Es muy importante saber separar lo que dice el magnate Neoyorquino por si solo, y lo que sus asesores en marketing le dicen que responda, como sucedió con sus declaraciones después del mitin frustrado, al atribuirle las protestas al malestar generalizado que reina en Estados Unidos, y no a su figura.
No hay que olvidar que Chicago es una ciudad dividida casi en tercios, entre blancos, latinos y afroamericanos, y que lleva meses sumergida en polémicas raciales, las cuales no han hecho más que crecer con la retórica del Partido Republicano, quien en diferentes ocasiones defiende las deportaciones de once millones de indocumentados, y antes no rechazó el apoyo del líder del grupo supremacista Ku Klux Klan.
El problema no es Trump. Este nefasto candidato no cree en lo que dice. Su talento y el de sus estrategas está en saber ¿qué quiere escuchar el electorado?
El populismo surge de políticos razonablemente carismáticos que conectan con el miedo o el enojo de los electores. En la narrativa de Trump, todo se resuelve cerrando el paso a los migrantes indocumentados que cruzan el río, y van a quitarles su empleo a blancos-protestantes cuyo nivel de vida va en picada.
Sin duda, habrá que vigilar muy de cerca los discursos de Trump pero sin perder de vista que son mercadotecnia pura, y que para los Estados Unidos no es fácil distanciarse de nuestro país, ya que a la larga ellos saldrían perdiendo.
DIARIO PLAZA JUÁREZ