Es lo que asegura el nuevo fiscal general de EU
Jeff Sessions asume su papel como “contrapeso” del poder de la Casa Blanca: “Estoy comprometido a seguir la ley” y “ser fiel a la Constitución del país”
Según la versión adelantada de su primera intervención, el senador centrará su discurso en la “peligrosa tendencia” de aumento del crimen que ha vivido EU en los últimos años.”Proteger a la población de este país de la delincuencia, y especialmente de la delincuencia violenta, es un llamamiento para los hombres y mujeres del Departamento de Justicia.
El senador Jeff Sessions, nombrado por Donald Trump para ser fiscal general, está decidido a hacer un papel de contrapeso en el futuro Gobierno de EU y a decir “no” al futuro presidente “si se excede” en su poder.
Según dijo ayer en su declaración en la primera de las audiencias para evaluar su designación como fiscal general en el Comité Judicial del Senado, se comprometerá a cumplir y hacer cumplir la ley.
Senador por Alabama durante 20 años y conocido por sus duras posturas en inmigración, Sessions defenderá la independencia de la Fiscalía General de EU y considerará que cualquiera que desempeñe ese cargo debe estar “comprometido a seguir la ley”.
También se comprometió a no investigar personalmente a la excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton por el caso de sus correos electrónicos o por las polémicas donaciones a la Fundación Clinton. “Este país no castiga a sus enemigos políticos, este país se asegura de que nadie está por encima de la ley”, dijo ante el Comité Judicial del Senado. “No debe permitirse que una disputa política se convierta en disputa penal”, añadió el senador, de 70 años.
Sessions evitó referirse a los supuestos comentarios racistas que profirió hace 30 años, cuando era fiscal para el distrito sur de Alabama (1981-1993) y fue acusado de bromear sobre el Ku Klux Klan (KKK) y de perseguir judicialmente a los defensores de los derechos civiles de los afroamericanos.
Precisamente, los demócratas han prometido que preguntarán a Sessions por esas declaraciones que ya le pasaron factura en 1986, cuando un comité del Senado rechazó su candidatura para convertirse en juez de una corte de Alabama, puesto para el que le había nombrado el entonces presidente, Ronald Reagan.