RELATOS DE VIDA
En múltiples ocasiones he escuchado la frase “Dios sabe porqué hace las cosas”, aplicándolo a múltiples situaciones o circunstancias de la vida de las cuales no tenemos explicación del porqué suceden.
Tal vez la frase, es una forma de respaldar o apoyar a la persona en desgracia, haciendo uso de un personaje histórico y bíblico para que confíen y crean que el proverbio es cierto y solo es cuestión de tiempo para que pase la tormenta.
Es decir, que con paciencia y aceptando los designios que Dios manda, pronto se encontrará la calma y entonces con las nuevas experiencias se entenderá porque ocurrió la desgracia pasada, es decir, la finalidad del sufrimiento.
Realmente como seres humanos, no sé si entendemos+ esa frase, y aunque en los peores momentos lo que más se necesita es una palabra de aliento, con la certeza de que todo pasará y será para bien, somos impacientes por naturaleza.
Porque lo buscamos es que el tiempo pase rápido, para yo no sentir más dolor, aunque después como leales seres humanos tercos pediremos que el tiempo regrese para recuperar el que ya perdimos en lamentos.
No dudo que Dios sepa por qué hace las cosas, lo creo, pero a veces la pregunta que queda suelta es por qué nos pasan las cosas, que hicimos mal o que no hicimos, porque también estoy segura que el karma existe.