HOMO POLITICUS
Los dinosaurios empero subsisten, seguirán el curso de la historia en diferentes modelos jurídico-políticos asegurándose que la administración del Estado les favorezca a través de su control.
Creemos en la necesidad de renovar las lógicas de la clase política y sus prácticas. Nada ha sido tan amargo que caer en manos de una casta de dinosaurios que no han sido capaces, ya sea por voluntad o por intereses propios y ajenos, de brindar las oportunidades que la ciudadanía demanda.
Caminando entre dinosaurios transita la vida de este México aciago y del desencuentro social. Lástima apreciar un país que aun teniendo riquezas geográficas y recursos humanos suficientes, languidece y paulatinamente se erosiona para la mayoría empobrecida que desde el control del Estado no podrá aspirar a liberarse de su pobreza y de la desigualdad existente.
La antítesis de todo esto lo implican las resistencias del Estado para poner frenos al empoderamiento de la sociedad civil; resulta indiscutible que pese a que existe una tenue organización ciudadana, no se puede negar que el activismo de la sociedad civil organizada ha crecido pese a todos los obstáculos que ha presentado, las ONG, son una realidad, así como la articulación de redes sociales interesadas en el quehacer público.
La fenomenología de los medios electrónicos siempre evidenció que no podían contener la explosión de las voces que intervienen en ellos, pero ahora, la cuestión presenta un boom indiscutible que impide los controles del Estado. He advertido en otros espacios sobre el flujo de voluntades engañadas que pueden ser controladas o bien encauzadas en medios electrónicos ya seo por el Estado o diferentes grupos de interés, incluso, delictivos, pero el espacio es tan amplio y potencialmente rico que las cosas van más allá de lo que cualquiera pueda imaginar.
Esta era de la información y comunicación virtual está cambiando los roles sociales, se están rearticulando los flujos de comunicación y se están estrechando las relaciones entre individuos aparentemente no comunes. Subyace en todo esto el cuestionamiento, ¿hacia dónde vamos?, la respuesta es la misma, potencialmente no lo sabemos, las sociedades suelen ser banales, megalómanas y predispuesta a la vida fácil, aquella donde nada puede ser muy elaborado, ni siquiera los diálogos y mucho menos el mundo de la ideas, donde las ideologías a nivel político se ha erosionado y las antiguas colosales disputas ideológicas por el poder dejaron su lugar a un mundo consumista y superfluo.
Los dinosaurios empero subsisten, seguirán el curso de la historia en diferentes modelos jurídico-políticos asegurándose que la administración del Estado les favorezca a través de su control, por lo cual suelen adaptarse a los cambios sociales con gran facilidad y redireccionar sus apetitos, por ello no puede extrañar que la clase política de diferentes latitudes perviva más allá de esta era virtual.