El ministro de Transportes rumano, Ioan Rus, dimitió después de que el miércoles por la noche insultase en una entrevista en televisión a las esposas y los hijos de los emigrantes rumanos que trabajan en el extranjero. “Rumanía tiene tres millones de personas en estos momentos en los países occidentales. De esos tres millones, uno trabaja en la construcción en Europa. Ganan, quizá, 1.500 euros. Y lo digo directamente: con ese dinero, sus hijos se convierten en gamberros en casa y sus mujeres en putas”, declaró en la cadena de televisión Digi24. “De 700 euros, llegan a casa la mitad”, añadió.
El jueves por la tarde presentaba su renuncia.
Las palabras del socialdemócrata de 59 años, titular de Transportes desde 2014 y ministro en otros dos periodos anteriores, han desatado una dura polémica tanto en Rumanía, donde la oposición había pedido su dimisión, como entre la comunidad rumana en el extranjero. Un grupo de población que ya lanzó durísimas críticas y denuncias contra el PSD el pasado noviembre, durante las elecciones presidenciales, por los problemas de logística que impidieron que miles de ellos pudieran depositar su voto. (Agencias)