En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que declaró el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. El objetivo es lograr mejores condiciones socio-económicas para los jóvenes de hoy, como un medio de hacer frente a los problemas del desempleo y subempleo.
Desarrollar las aptitudes es el principal mecanismo que permite a los jóvenes hacer una transición sin problemas al mundo laboral. La resolución expresa preocupación por el elevado número de jóvenes desempleados y reconoce que el fomento de la adquisición de habilidades por los jóvenes mejoraría su capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa en relación con la vida y el trabajo y los empoderaría de manera que pudiesen acceder al mercado laboral en evolución.
Según la Organización Internacional del Trabajo, la exposición de los jóvenes al desempleo es tres veces superior a la de los adultos. Esta situación se presenta tanto en países en vías de desarrollo como industrializados.
Según el estudio “Juventud rural y empleo decente en América Latina”, casi 40 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años viven en las zonas rurales de los veinte países que componen América Latina. De ellos, la mayor parte – 11.9 millones – son inactivos, cerca de 9.6 millones trabajan en el sector agrícola y 8.2 millones lo hacen en actividades no agrícolas.
En esta región, entre los jóvenes laboralmente inactivos, la mayor parte son mujeres. En las áreas rurales hay una proporción significativa de jóvenes que no estudian ni trabajan, lo que merma su trayectoria laboral y su acceso a la seguridad social. Representan el 58,1% de los jóvenes inactivos rurales, lo que equivale a unos 6,7 millones de jóvenes en América Latina.