Algunos se congelan al observar la marabunta rojiblanca que les separa de ese autobús con el que intentaron pasar inadvertidos; otros, los más experimentados en estas lides, aprietan el paso, no sin antes conceder autógrafos y posar para una que otra ‘selfie’. Es la magia del Guadalajara en una ciudad que le pertenece… Hasta cuando se esfuerza en no llamar la atención.
Las Chivas asisten a la Basílica de Santa María de Guadalupe para tomarse otra innovadora fotografía oficial y, por qué no, solicitar una que otra ayuda superior en la batalla por el no descenso, más allá del discurso de Jorge Vergara, quien también recibe trato de ‘rock star’.
El propietario del Rebaño Sagrado obsequia firmas y posa en innumerables instantáneas, mientras su equipo de seguridad y algunos elementos de la policía sufren con las decenas de aficionados que se le arremolinan. Disfruta la innata popularidad de su equipo.
“Venimos para ofrecer el campeonato, no el descenso”, sentencia el empresario. “Vamos a regresar más veces, porque ganaremos [el título del Clausura 2016]”.
Certamen que el equipo dedica a la Virgen de Guadalupe. Este sábado por la tarde cumplirá su primera visita del semestre, contra el Cruz Azul.