Tula de Allende.- Luego de casi un año de recorrido la madrugada de este domingo llegaron a la Refinería Miguel Hidalgo las cuatro calderas de coque que serán empleadas en los trabajos de reconfiguración de la ex paraestatal ubicada en Tula.
En el mes de abril del año pasado las cuatro calderas gigantes procedentes de Avilés, España salieron de Altamira, Tamaulipas para recorrer más de 900 kilómetros hasta llegar a su destino final que era la Refinería Miguel Hidalgo.
A Tamaulipas en Altamira los tambores de coque o calderas arribaron el 27 de febrero del año 2016 y el 26 de abril del mismo año iniciaron su recorrido hasta lograr llegar a su destino final la madrugada de este domingo 9 de abril, luego de que hicieran su última escala sobre la carretera Tula-Jorobas, a la altura de la comunidad de Conejos en el municipio de Atotonilco de Tula, donde fue necesario apuntalar y reforzar el puente vehicular de Conejos.
De acuerdo a datos de los propios trabajadores encargados del traslado se informó que sin contratiempos y como estaba previsto una a una de las calderas que pesan 595 toneladas, miden 40.80 metros de largo, 10.90 de ancho y 10.10 metros de alto cruzaron el puente de Conejos y alrededor de las tres de la madrugada ingresó la primera por el acceso donde anteriormente operaba la de Petroquímica.
Cabe recordar que para facilitar el paso de las calderas gigantes fue necesario realizar diversas maniobras entre ellas desmontar puentes peatonales, retirar líneas de energía e incluso derribar algunas construcciones.
Una vez que las cuatro calderas llegaron a su destino final, personal especializado de Petróleos Mexicanos comentó que serán empleadas en el proceso de coquización retardada, donde se opera a temperaturas sumamente altas.
Dijeron que el procedimiento consiste en convertir materias primas pesadas en productos más ligeros y de valor agregado, además de que se busca disminuir la contaminación.
Finalmente para las maniobras que al final se destacó, luego de más de 900 kilómetros de recorrido, resultó un éxito, se contó con el apoyo de la Policía Federal de CFE, de Comunicaciones y Transporte (SCT), de la Cruz Roja y de la propia ciudadanía que cumplió con las recomendaciones de medidas de seguridad durante su estancia para observar las enormes calderas o tomarse la foto.