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Despertares 

Despertares 

PEDAZOS DE VIDA

I

Y cuando despertó, se dio cuenta de que el mundo que había construido no existía más, que los amigos que había cosechado eran fruto de la riqueza que alguna vez tuvo, y también de que el amor que había cuidado nunca le perteneció. Cuando despertó vio que las botellas de alcohol que alguna vez compartió estaban vacías como su alma, entonces pidió una nueva oportunidad sabiendo que el tiempo no regresa y que en la realidad no hay segundas oportunidades. Pidió una segunda oportunidad para vivir recordando siempre lo miserable que fue cuando creyó haber alcanzado la gloria. 

II

Salió de su casa. Hacía poco que había dejado de ser funcionaria pública, ese día la detuvieron y así comenzó su privación de libertad. Un buen día, cuando despertó, la Berlanga  estaba tras las rejas, esperando que alguno más pesado cayera y ese mismo día por la noche salió libre, mientras el Murillo era trasladado a su reja. 

III

No recuerda el momento en que dejó su existencia, un día despertó en ese lugar y desde aquél entonces las bestias se alimentan de su carne, lo hacen retorcerse del dolor. El tiempo ha dejado de existir; sin embargo, van cinco años que cada inicio de mes, doña Mechita prende una veladora pidiendo por su hijo, aquél al que mataron por andar en malos pasos. 

IV 

Tras despertar recordó parte del sueño maldito que lo hizo despertar a las tres de la madrugada, se limpió el sudor que acumuló en el segundo sueño y se dispuso a comenzar el día. Todavía recordaba las escenas tan extrañas que se le plantearon mientras dormía. 

Antes de salir, se lavó los dientes y se miró al espejo, se puso un poco más de gel para aplacar algunos cabellos, lavó el resto de gel que se quedó entre sus dedos, miró nuevamente al espejo sin saber, que no volvería a verse jamás en el mismo espejo.