PEDAZOS DE VIDA 

I

El demonio se quedó sentado en un rincón, había logrado todo lo que quería, pero ahora no tenía forma de llenarse de nuevo. Se acabó cualquier cosa que hubiera querido experimentar, inventó cuanto quiso y al final la monotonía lo alcanzó. 

Se cansó, se aburrió y comenzó a llorar. Así comenzó su tragedia y el gozo de un cruel Dios que volvía a jugar con el destino de seres que volaban con alas de superioridad sin darse cuenta de que estaban controlados por alguien al que no podían ver, sentir ni escuchar. 

II

Creyó que por fin la fortuna  le había llegado, después de décadas de carencias y malos tiempos, por fin comenzó el ascenso. El cambio en el estilo de vida también llegó con vicios que se convirtieron en enfermedades y desgracias; si no creía que pudiera caer más bajo de lo que cayó al inicio de sus días lo hizo y quedó en un lugar y espacio en el que tuvo que iniciar de nuevo. 

III

La gárgola voló por última vez en la ciudad que alguna vez fue una aldea, luego un pueblo y ahora una ruidosa ciudad. Definitivamente los cambios no habían sido nada gratos ni amigables. Voló toda la noche y se hizo notar durante la madrugada, al amanecer voló tan alto como pudo y el golpe al estrellarse contra el suelo provocó la movilización de la gente. Aquella noche una piedra había caído en la explanada pública y una gárgola había desaparecido de la iglesia gótica de la ciudad.