
El arzobispo emérito sudafricano Desmond Tutu, icono mundial de la lucha por los derechos humanos y Nobel de la Paz de 1984 por su activismo contra la brutal opresión racista del “apartheid”, falleció ayer a los 90 años en Ciudad del Cabo (suroeste).
La noticia del fallecimiento fue anunciada por el Gobierno sudafricano a primera hora del día.
Sudáfrica recordará para siempre a Tutu por su característica risa, por ejercer de brújula moral y por echarse a la espalda, junto a líderes como Nelson Mandela, la espinosa tarea de reconciliar a la nación tras la conquista de la democracia (1994).
Nacido en 1931 en Klerksdorp, una pequeña localidad al suroeste de Johannesburgo, Tutu se inició como maestro antes de estudiar teología y ordenarse pastor de la Iglesia anglicana en 1960.
En 1975 fue designado decano de la catedral anglicana de Johannesburgo, cargo al que por primera vez accedía un hombre negro, y fijó su residencia en el distrito de guetos de Soweto.
Allí fue testigo de una de las etapas más convulsas del apartheid (sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia en vigor hasta 1992), con las protestas estudiantiles de 1976 -en las que murieron más de 600 personas, la mayoría jóvenes- como mayor exponente.
En esa época empezó a manifestar abiertamente su apoyo al movimiento de la Conciencia Negra e intensificó su activismo antiapartheid hasta convertirse en una figura de resonancia internacional.
Biden y AMLO, lamentaron su partida
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill, lamentaron este domingo la muerte del arzobispo sudafricano Desmund Tutu, al que describieron como “un verdadero siervo de Dios y del pueblo”.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, lamentó este domingo la muerte de Desmond Tutu.
“Una de sus frases es lapidaria pero contundente y cierta: ‘Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor'”, citó López Obrador en Twitter.