Deserción escolar (Asunto medular en la agenda educativa del nivel medio superior II)

DINÁMICA EDUCATIVA

(Tomado del: Reporte de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior, 2012)

 

  1. 1 El estudio de los factores que inciden en la deserción: América Latina y los Estados Unidos de América

“Diversos estudios sostienen que el problema de la insuficiente escolarización en los países de Latinoamérica se refiere, más que a la cuestión de la cobertura, a la limitada capacidad de los sistemas educativos para garantizar que el alumno pueda permanecer en la escuela (Fernández, 2009; Román, 2009; Escudero, 2005; CEPAL, 2002; Espíndola y León, 2002; Goicovic, 2002; Tijoux y Guzmán 1998).

Estudios realizados en diferentes países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay), dan cuenta de que en América Latina hay una conciencia generalizada respecto a que la retención escolar, en los años de estudios equivalentes al nivel medio superior mexicano”, es uno de los principales retos de los sistemas educativos. Según datos de la CEPAL, en el 2002 el 37 % de los adolescentes latinoamericanos de entre 15 y 19 años abandonaron la escuela antes de terminar sus estudios secundarios, e incluso se sostiene, a partir de los datos que aporta tanto el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL) como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI, 2009), que menos de la mitad de los jóvenes de 20 años consiguen terminar el nivel medio en Latinoamérica (Román, 2009).

Una nota común en estos estudios consiste en admitir que en el fenómeno de la deserción confluye una multiplicidad de factores que hacen que resulte difícil establecer una causalidad directa. Los condicionantes analizados abarcan desde la organización de los sistemas educativos, el contexto social, la gestión escolar, la relación de los alumnos con los docentes, la situación familiar y la situación individual.

También se resalta el gran peso que tienen las pautas culturales y el universo simbólico de las familias y las escuelas en el desarrollo de expectativas, actitudes y comportamientos que coadyuvan en el bajo desempeño y en el abandono escolar. De este modo, la deserción es abordada como un proceso complejo, en el cual se entretejen factores de índole individual, familiar, social, material y cultural que se refuerzan simultáneamente.

Factores extraescolares e intraescolares.

Una de las principales fuentes de información para el estudio de la deserción en Latinoamérica radica en el análisis de las encuestas de hogares de los países (CEPAL, 2002). A partir de estas encuestas es posible obtener dos tipos de informaciones: por una parte, recabar evidencias respecto de los motivos para desertar que manifiestan quienes responden el cuestionario; por otra parte, se obtienen datos importantes al realizar el examen de ciertos factores propios del ambiente en el que viven las personas encuestadas, como: situación económica, clima familiar, zona habitacional, entre otros.

Para ordenar y clasificar las condiciones que inciden en la deserción, estos estudios consideran dos grandes marcos interpretativos que abarcan los factores expulsores reconocidos en los países latinoamericanos: los factores extraescolares y las características propias de los sistemas educativos y su organización escolar.

El primer marco (factores extraescolares), comprende aquellos que escapan de la influencia directa de la comunidad educativa y, en general, de todo el sistema educativo. Así pues, desde esta perspectiva cobran relevancia los aspectos referentes a la estructura socio-económica, política y cultural que dificultan la permanencia de los jóvenes en la escuela. Entre estos factores se mencionan las condiciones de marginalidad, pobreza, vulnerabilidad social; el prematuro ingreso al mundo laboral, la segmentación social, la inestabilidad económica, el mantenimiento de tasas de bajo crecimiento y el alto desempleo en las sociedades. También, aunque en menor medida, se asocian algunas problemáticas cada vez más comunes entre la juventud, como las adicciones y el del embarazo temprano en adolescentes. De este modo, el común denominador de estos factores consiste en que la responsabilidad en su producción y reproducción se atribuyen a agentes extraescolares como pueden ser el Estado, la comunidad, el mercado, los grupos de pares y la familia.

Estos factores extraescolares convergen para delinear uno de los principales rasgos de la deserción en Latinoamérica, a saber, la inequidad. En efecto, los diferentes estudios realizados en la región hacen patente que el tema de la inequidad atraviesa verticalmente la problemática, tanto en la brecha que separa al rico del pobre, como la que lo hace en lo que toca al medio rural y urbano.

De acuerdo con el Panorama Social de América Latino 2007 (CEPAL) el 80% de los jóvenes latinoamericanos pertenecientes a los quintiles de ingresos más altos de la población concluyen su educación media. Este porcentaje disminuye bruscamente hasta un 20% en el caso de los estudiantes procedentes de familias ubicadas en los quintiles de menor ingreso. Por otra parte, el estudio de la CEPAL (2002) muestra cómo en 10 países de 18 examinados, la tasa de deserción rural supera en 20% a la registrada en centros urbanos. En cinco de ellos, esta misma brecha se abre hasta mostrar un 30% de diferencia.

La inequidad económica y social corre paralela con la académica-escolar, tema especialmente preocupante dado que este aparejamiento no hace sino reproducir la desigualdad: quienes tienen más tendrán mayores posibilidades de continuar sus estudios, mientras que los quintiles más bajos corren un mayor riesgo no sólo de abandonar su trayectoria educativa, sino de reproducir esta tendencia en sus hijos.

Por su parte, el SITEAL en el estudio Adolescentes al margen de lo escuela y el mercado laboral (con la participación de 15 países latinoamericanos, entre ellos México) (2008) sostiene que el hogar de origen está relacionado con la probabilidad que tienen los estudiantes de quedar excluidos de la escuela y el trabajo, por lo que “los adolescentes que viven en hogares con bajo nivel educativo tienen en promedio seis veces más probabilidades de estar fuera de la escuela y el trabajo que los más favorecidos” (SITEAL, 2008, p. 4).

Este estudio clasifica a los países participantes en dos grandes grupos, según el porcentaje de adolescentes que están al margen de la escuela y el trabajo: el primer conjunto agrupa a los países que están por debajo de 12%, entre los que se encuentran Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil, Argentina, Paraguay, Colombia, Panamá y Costa Rica (ordenados de modo ascendente). México se ubica en el segundo grupo, que correspondería al de aquellos países cuyo porcentaje de jóvenes que se encuentran fuera de los ámbitos escolar y laboral está por encima de 12% y por debajo de 30%, aliado de Uruguay, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras.

El segundo grupo de factores se refiere a aquellas características propias de los sistemas educativos y de la organización escolar, en tanto que obstaculizan el aprovechamiento de los estudiantes y la permanencia de éstos en la escuela hasta la conclusión del nivel.

En este rubro se consideran categorías que se refieren al rendimiento escolar, la preparación docente, la gestión y liderazgo de directivos y autoridades educativas, la relación entre el docente y el alumno, la pertinencia de los planes de estudio y la reprobación, entre otros.

Visto desde esta perspectiva, el abandono escolar no sólo se produce por circunstancias socio-culturales, económicas y políticas adversas, sino por las características y la estructura que presentan los sistemas educativos y las escuelas. Entre los factores intraescolares más referidos por los estudios mencionados se encuentran el uso de prácticas pedagógicas inadecuadas para incidir en los jóvenes, el bajo nivel de aprovechamiento de los estudiantes y las cuestiones relativas a la interacción entre docentes y alumnos, sobre todo en lo que se refiere a dificultades en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula.” (Continuará).

*Responsable de la Rectoría de la Universidad Tecnológica de Mineral de la Reforma (UTMiR).

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