TENÍA RAZÓN LÓPEZ VELARDE.- Como nunca se antoja una profecía el fragmento de la “Suave Patria” de Ramón López Velarde donde dice: “El Niño Dios te escrituró un establo, y los veneros de petróleo el diablo”.
México ha recibido poco de esos veneros de agua negra y ha perdido mucho, muchísimo. No ha resultado una bendición sino una maldición. Hoy el diablo ha hecho de las suyas y 85 hidalguenses murieron de manera terrible por esos veneros de petróleo. Algo debe pasar para que lo que será una riqueza en otros países, deje de ser una maldición para el nuestro.
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EN TANTO, LA GRILLA SIGUE EN EL PRI.- Resulta que políticos de viejo cuño, buscan a toda costa apoderarse de la dirigencia estatal del tricolor. Encabezados por Roberto Pedraza Martínez, quien había tomado la costumbre de quedarse con una Secretaría en cada sexenio, otra para un pariente o amigo, y una diputación o senaduría para su sobrino, aseguran que tienen la fórmula mágica para revivir al PRI, dado que para ellos está difunto. La actual secretaria general del partido, es su candidata por razones lógicas. Sin embargo les informo que va con todo Sayonara Vargas y/o Paula Hernández Olmos y/o Citlali Jaramillo.
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BIEN POR EL GOBERNADOR FAYAD.- Al pan pan, y al vino vino. Sin duda el actuar del gobernador Omar Fayad en la tragedia registrada en Tlahuelilpan ha sido acertada. Y esto por una simple y sencilla razón: se ha conducido con sentido humano, con sensibilidad, con preocupación cierta, real por el dolor de los hidalguenses. Y eso se agradece. Lo mismo que el Presidente López Obrador. Los deudos que encontraron consuelo directo en el abrazo y el compromiso del mandatario hidalguense, hoy y siempre se lo agradecen.
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UNA TRAGEDIA QUE PERMITE DEJAR GRILLAS.- Estuvieron tentados por un momento los jilguerillos del Grupo Universidad, de buscar sacar raja política de la tragedia. A punto de culpar al gobierno estatal, o a quien se les pusiera en su camino, alguien con un gramo de cerebro los paró y les dijo que no, que no se valía hacer eso, que mejor se fueran con cuidado. Le hicieron caso, y qué bueno. Son momentos para dejar grillas, ambiciones por el poder y ser solidarios con los que hoy sufren.
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