LOS DESPOJOS DEL PRD.- Al profesor José Guadarrama Márquez le llegó tarde el manejo absoluto que hoy tiene del Partido de la Revolución Democrática.
La razón es una y muy simple: quedaron puros despojos, luego que una buena parte decidió emigrar a Morena, donde tendrán que aprobar cada uno de los exámenes que decidió imponer el propietario de la franquicia en Hidalgo, Gerardo Sosa Castelán. De tal modo que de lo que tiene a nada, el profe debió quedarse con nada. Aunque, con lo suertudo que es, en una de esas la coalición que su partido hizo con el PAN, gana la Presidencia de la República (Dios nos libre), y ni por un momento dude que en cuatro años busca de nueva cuenta ser gobernador de la entidad. Si AMLO va por la tercera, que le dura la cuarta, la quinta y hasta la sexta, dirá el muchachón de Jacala.
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EL CASO DE REYNA GUADALUPE OCAÑA VÁZQUEZ.- No es, por supuesto, el primer caso. Es otro de una larga, larguísima cadena de despidos injustificados en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, ordenados directamente por su propietario, el Presidente del Patronato, Gerardo Sosa Castelán, que tiene como encargado del despacho a Adolfo Pontigo Loyola. Sucede que Reyna Guadalupe Ocaña Vázquez, laboratorista de la prepa 4, enfermó por la exposición a sustancias químicas. El Seguro Social constató que así era, de tal modo que luego de 33 años de servicio a la institución educativa, lo menos que merecía era recibir el apoyo de sus patrones y una buena liquidación. Pues resulta que no, que nadie la ayudó, regresó a su trabajo y se encontró con la novedad de que había sido despedida. Comenta que el propio Sosa Castelán pretendía hacerla firmar un documento en que no hacía responsable a la UAEH, mucho menos a su Patronato, además que nunca había pisado un laboratorio. De tal modo que ahora se encuentra sin trabajo y no la quieren liquidar. Le repito, es un caso más de muchos. El que se atreve a criticar con el pétalo de una rosa al Santo Patrono, sabe que tarde o temprano será puesto de patitas en la calle. Y por eso el miedo, el terror que existe entre investigadores, maestros y trabajadores administrativos.
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CANDIDATAS DE RECURSOS.- Su hermano, Cuauhtémoc Martínez, es uno de los principales socios de la Estrella Blanca. Ha sido durante mucho tiempo mecenas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, al grado que el nombre de su padre le fue impuesto al Polideportivo, al igual que el de su madre a un auditorio. Carlos Martínez Balmori fue todo un personaje del autotransporte, y sin duda un hombre que logró construir todo un imperio con base al trabajo. Eso nadie lo puede negar, y era lógico que su nombre también lo llevara la Central Camionera. Sin embargo la relación de Cuauhtémoc con Gerardo Sosa ha sido singular, tanto que por lo mientras el segundo decidió colocar como candidata a diputada local por el distrito 12 de Pachuca de Morena, a Corina Martínez, a quien antes hizo directora de Radio Universidad y encargada de la Cultura, además de promoverla en su momento para la Secretaría de Cultura del gobierno estatal. De que Sosa Castelán es agradecido con recursos económicos que no son suyos, vaya que lo es. No hay duda.
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EL SOBRINO MÁS QUERIDO.- Héctor Pedraza Olguín, candidato tricolor a diputado federal, no podrá quejarse de que su tío, Roberto Pedraza Martínez, ha hecho hasta lo imposible para apoyarlo en su campaña. Porque el profe es de los que dan todo por la familia, de tal modo que su cumpleaños se transformó en todo un acto político a favor del sobrino predilecto. El problema de Héctor es que no tiene ni el cinco por ciento del carisma con que cuenta su tío, y tampoco la actitud. Mantiene la pose de divo del Mezquital vestido de Indiana Jones, y eso como que a la gente no le gusta nada de nada. Por muchas razones se antoja que el tío le tunda al sobrino para bajarle la soberbia. Y luego enfrente a los buenas gentes de los Charrez… quién sabe lo que va a pasar.
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