NUVIA MAYORGA.- La precandidata priista al Senado de la República, respondió de manera categórica a la acusación hecha por el periódico Reforma de la ciudad de México, sobre su supuesta implicación en el caso Odebrecht. Rotunda señaló que ni la investiga la FEPADE, y si quieren esculcar sus cuentas no hay problema, y que es falso el señalamiento que hacen en su contra. Está claro que el blanco era el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Solo un inocente no vería en esta acción la intención de buscar crearle un escenario enrarecido al futuro coordinador de los senadores tricolores. Tampoco es la primera vez que la contadora Mayorga es atacada sin pruebas.
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JESÚS MARTÍNEZ PATIÑO.- La soberbia es mala consejera, y el presidente del Club Pachuca simplemente tuvo que reconocer la realidad de las cosas. Soberbia porque esa ha sido la actitud asumida desde que la “Diosa Fortuna” lo premió como al más querido de los mortales. Soberbia porque en una guerra entre soberbios y beneficiados por un sistema político como el nuestro, la empresa que decidió dirigirle sus misiles es su misma versión pero en grande. Es decir que ni a cuál irle. Pero soberbia más desmemoria dan como resultado la penosa escena que hoy mismo vemos.
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EL TRATO DE GRAN JEFE.- Y por cierto que el dueño del Club Pachuca no se pudo abstener de mostrarse como el amo del mundo en la conferencia de prensa que dio para aclarar lo de Televisa: “Casi vinieron igual que con Honda, cabrones, qué bárbaros, como vino prensa”. Ese es su estilo y forma de ver la vida. Igual que su segundo de bordo, Andrés Fassi, que le encantaba mentar madres a sus voceros, pero al darse cuenta de que un reportero lo escuchaba allá en el Poliforum Morelos, explicó: “No es que lo haga como ofensa, es que son como mis hijos y así los trato”. Sencillllllito.
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TIZAYUCA, OTRA VEZ.- Preocupante en todo el sentido de la palabra lo que sucede en Tizayuca. Ahora dos mujeres fueron asesinadas en casas Quma. Ya no es pues casualidad ni nada por el estilo. El problemas es real y grave. Bajo ninguna circunstancia puede argumentarse que son hechos aislados, o “cosa de delincuentes”. El clima de zozobra que vive la población del lugar es algo que nadie quisiera pasar. Para solucionar un problema hay que reconocerlo en primera instancia, y el problema es grave en Tizayuca.
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