ME DECLARO CANDIDATO

CON O SIN AVAL DEL INSTITUTO

Resulta que los panistas olvidaron que deben reunir ciertos requisitos que ellos mismos avalaron en el Instituto Estatal Electoral, como es el asunto de género, entre otros, para sus postulaciones de candidatos. Pero todo indica que: o ellos solitos se han dado a la tarea de sabotearse, o de plano decidieron ahorrarse el dinero que les entregan como prerrogativas para contratar un asesor en materia electoral, y pusieron a un verdadero burro en el cargo, lo que hoy mismo da los resultados que todos conocen. Ahora salen con que los culpables no son ellos sino el Instituto Estatal Electoral maldito, que a toda costa les quiere tumbar candidaturas. Y a la Yoli Tellería solo le faltó decir:”¡al diablo las instituciones!”. Ya picado pienso postularme como candidato independiente por Pachuca, con o sin el aval del Instituto. Llevo como asesora a Yoli.

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SIGUE LA VACILADA CON 3 DE 3

Ahora fue un candidato de Movimiento Ciudadano a diputado local, José Luis Antón de la Concha, quien le entró al vacilón de la declaración “3 de 3”, que arrancó mi amigo Pepe Guadarrama. Vaya que cada quien cumple a su muy entero gusto y declara lo que se le pega la gana. Así las cosas, el ortodoncista aseguró que tiene una casa con valor de $195 mil pesos, un auto que le costó más caro que la casa, un consultorio donde gana 20 mil pesos mensuales, y cargo en la Universidad del estado, donde en promedio recibe ingresos por 33 mil pesos al mes. Una verdadera vacilada, de la que todos se preguntan, “¿dónde puedo adquirir una casa a 195 mil pesos?”.

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EL BRONCO Y JULIO MENCHACA

No, no me dejó buena impresión la presencia de un “gobernador ciudadano” como El Bronco. Porque de ciudadano francamente no tuvo nada de nada, menos como candidato. Me refiero a que acompañó a Julio Menchaca en el arranque de su campaña. Como que debió pensarle más don Julio para invitar a estos sujetos. Es más, desvaneció en mucho la idea de que Menchaca no tenía padrino de por medio. Ojalá me equivoque, pero el Bronco dejó más dudas que otra cosa.

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SEÑITAS Y PAYASADAS NO HACEN CAMPAÑA

Primero fue la Xóchitl con la señal de los dedos trenzados. Ahora sale una que da bendición. Solo falta que a alguien se le ocurra hacer caracolitos. Vaya pues, puras payasadas. Y la Xóchitl se cree genio nadamás porque se le ocurrió primero. ¿A dónde vamos a parar? Se preguntaría el Buki.

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