CADA QUIEN ESCUCHA Y VE LO QUE QUIERE
Aunard de la Rocha en ningún momento dijo lo que dicen que dijo. Porque resulta que de pronto, con bombos y platillos, se difundió que había descartado toda posibilidad de ser candidato del tricolor a la presidencia municipal de Pachuca. Lea usted lo que en realidad dijo: “hasta que el gobernador no decida o dé alguna indicación, yo me mantengo al frente de la Secretaría de Finanzas y ahí voy a estar”. Como verán una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Ganas de sacarlo de la contienda.
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MELÉNDEZ Y EL HIJO PRÓDIGO
Como balde de agua fría les cayó a los militantes tricolores que ni con el pétalo de una rosa han cuestionado a su partido, el que de pronto Alberto Meléndez Apodaca, dijera a pregunta expresa e inducida, que Gerardo Sosa ha sido un dechado de virtudes como priísta que es. De tal modo que si bien gusta de apoyar a sus candidatos independientes, a los que maneja al interior del PAN, y dio forma a su propia estructura política con las Redes Ciudadanas, eso no cuenta para que pudieran expulsarlo. Solo le faltó decir que además se cuida más no al hijo leal y disciplinado que se quedó en casa, sino al que se fue y puede que regrese. Con los evangelios en la manos y el perdón ante todo.
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GUADARRAMA YA LES COMIÓ EL MANDADO
Resulta que con todo y su campaña del bigote, don Bienvenido Granda, más conocido como Isidro Pedraza, ya se quedó atrás del también profesor José Guadarrama, quien no deja pasar día sin acudir a todos los rincones del estado para buscar ser candidato del Frente Opositor. Porque aunque muchos conocen a Isidro por bigotón, está claro que el de Jacala es mucho más conocido. Y si además Pedraza decidió llevar a cabo una campaña muy intelectual donde solo aparece su bigote, como que ya perdió la carrera. Mal el consejo de fundamentar todo en sus bigotes.
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Y A TODO, ¿QUÉ FUE DEL EMPERADOR CHARREZ?
Anda raro el Emperador del Mezquital, porque de pronto dejó de escribir versos en tanto veía arder Ixmiquilpan. No da nota el Emperador Charrez y eso nos preocupa a todos, porque como los niños que son unos diablos, cuando andan quietos es que algo se traen entre manos. ¡Canta oh Diosa la cólera del Pélida Charrez! ¡Oh Emperador, los que vamos a morir, te saludamos!
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