Un estudio de los materiales usados por el artista en seis obras ha deparado estos hallazgos, además de demostrar que la influencia de su padre, también pintor, fue mayor de lo que se creía
Un estudio de los materiales usados por Picasso en seis retratos de su primera época ha aflorado obras ocultas y se intuyen otras que no se pueden ver porque están tapadas con blanco de plomo, y además, se ha comprobado que la influencia de su padre, también pintor, fue mayor de lo que se creía.
Estos hallazgos se han anunciado al presentar los resultados del estudio realizado por la Universidad de Barcelona y el Museo Picasso, con un laboratorio móvil, denominado MOLAB, para el análisis in situ de obras de arte, en el marco del proyecto europeo Infraestructuras de investigación avanzada sobre el patrimonio cultura.
La responsable del Departamento de Conservación Preventiva del Museo, Reyes Jiménez, ha explicado que el estudio quería profundizar en la obra «Autorretrato con peluca», a partir de dos obras hechas en La Coruña, donde con 14 años aprendió a pintar de la mano de su padre, J. Ruiz Blasco, maestro en la escuela de Bellas Artes de esa ciudad, y de otras, todos ellos pintadas entre 1895 y 1900.
Los cuadros analizados son «Viejo», «Hombre con Boina», «Retrato de Josep Cardona i Furró», «Hombre al estilo de El Greco», «Retrato de Carles Casagemas» y el mencionado «Autorretrato con peluca». «Viejo», pintada en La Coruña, es una obra simple y aparentemente sencilla, tiene unas manchas que podrían indicar algún resto de composición, mientras que «Hombre con Boina», de 1895, es más complicada y sólida y en ella se ve que Picasso tiene una conexión enorme con la obra de su padre.
Debajo de la gorra han aparecido dos palomas, una constante en su progenitor y maestro, que podrían ser las primeras que se le conocen de esta temática, y según Jiménez, se podría decir que la afición por pintar palomas de Picasso fue una herencia de su padre. El padre de Picasso era un pintor copista que hacía composiciones binarias sencillas, que siempre pintaba palomas, y tras este hallazgo, ha anunciado esta experta, se abrirá una línea para estudiar su obras, aunque «tuvo una colección corta que está en manos de colecciones privadas».
Ha explicado que aunque el trabajo de campo duró cinco días, en los que se hicieron pruebas de fluorescencia de rayos X, de espectroscopia de infrarrojos, o espectroscopia Raman, entre otras, luego se ha trabajado durante más de un año y medio para hacer un informe completo sobre los pigmentos y su composición.