Descubren estrellas de mar en el Templo Mayor

Es la primera vez que se reconoce a las estrellas de mar en un contexto de la cultura mexica

Los primeros restos de estrellas de mar que los arqueólogos encontraron en la década de los 70, eran tan diminutos que pensaban que eran piedras o restos de sedimentos. Viajaban desde el zoológico de Moctezuma hasta la Gran Tenochtitlán para convertirse en objetos que después serían utilizados en ofrendas a Tláloc, Dios de la lluvia.
En 2006, el equipo de investigadores que integran el Proyecto Templo Mayor, encontraron 54 cajas de ofrendas, las cuales contenían diversos objetos que reproducían el universo según la cultura mexica. Ahora, después de haber sido identificados más de 55 mil restos de estrellas de mar, se descubrió que corresponden a seis especies que eran usadas para recrear el inframundo acuático.
Tanto expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como del Instituto de Ciencias del Mar y Limnonología (ICML) de la UNAM, confirmaron que es la primera vez que arqueológicamente se reconoce a tales seres en un contexto de la cultura mexica.
Bajo el contexto del 2006, cuando encontraron la escultura de la Tlaltecuhtli al excavar en la esquina de Argentina y Guatemala, en el Centro Histórico, Leonardo López Luján, arqueólogo y director del Proyecto Templo Mayor indicó que “en el trabajo entre ambas instancias, topamos con la recurrente presencia de las citadas placas calcáreas, cuyas dimensiones iban de los dos a los 15 milímetros”.
El trabajo posterior fue arduo. A través de un comunicado de prensa, se indicó que al estar totalmente desarticuladas las partes de las estrellas de mar, se dio paso en colaboración con el ICML, a la limpieza y separación por tamaño y forma de cada una de las 49 mil 633 placas encontradas en campo.
Lo más maravilloso del proceso fue armar las estrellas de mar para identificar su especie. Reveló Carolina Martín Cao, del ICML, que para ello “se tomaron ejemplares modernos resguardados para la colección de equinodermos del ICML, a los cuales les fue retirada la piel con el fin de acceder a sus endoesqueletos y poder contrastarlos con los elementos arqueológicos”.
Fueron en total seis las especies que pudieron identificarse a través de este proceso. En 13 de las 54 ofrendas excavadas en torno a la escultura de Tlaltecuhtli, se reconocieron estas especies, de las cuales, cinco proceden de las costas del Océano Pacífico y una más del Atlántico.
Además, tanto Leonardo López como Belem Zúñiga, también del proyecto Templo Mayor, plantearon la posibilidad de que los mexicas hubiesen transportado estas estrellas de mar en recolectores cargados con agua salada. Instaron, además, a preservar las mil 800 especies de estrellas de mar que aún quedan en el mundo, teniendo México 228 en su territorio.

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