
Cuautepec
Son las 5:50 horas. El padre de esta familia (que por razones de seguridad omitiremos su nombre) se despide de sus hijos y su esposa para ir a su trabajo ubicado en la colonia El Molino.
El padre, saca su bicicleta y hace el recorrido desde la colonia Francisco I. Madero, donde renta una pequeña casa, a solo unos metros de donde se suscitaría un intercambio de balazos. Algo que nunca se había vivido en el municipio.
La mamá, que seguía descansando junto a sus dos pequeños hijos de 10 y 8 años de edad, fue despertada por estruendos que retumbaban en las ventanas. Sabían que algo estaba pasando.
De inmediato el más pequeño saltó queriendo huir hacia el patio, pero su hermano se lo impidió, le recordó lo que en algún momento su papá les dijo en caso de una balacera debían tirarse al suelo y permanecer ahí.
Su madre, asustada y nerviosa, los llevó a ambos debajo de la cama, y con expresiones de “tranquilos”, “no pasa nada”, intentaba calmarlos.
Suena el celular, el padre, al igual que gran parte de la cabecera municipal, escucharon el increíble intercambio de balas “como si fuera la guerra”, según lo describen en redes sociales. “No salgan para nada de la casa”, les indicó el jefe de la familia y también trató de darles tranquilidad.
En la calle se escuchaba el ir y venir a toda velocidad de autos y camionetas, pero la balacera no acababa; no era como las anteriores: algunos disparos y ya. Esto parecía interminable.
En redes sociales se hablaba ya del enfrentamiento: dos grupos armados que se habían declarado la guerra tras las ejecuciones recientes en Cuautepec y Tulancingo. “Como advirtieron, se soltó la guerra”. Pero ninguna patrulla se escuchaba por la zona, a pesar de la cercanía con el centro de Cuautepec y la base de la Guardia Nacional a sólo dos cuadras, en el auditorio municipal.
Pasan 40 minutos. El intercambio de fuego parece cesar, pero se siguen escuchando disparos dispersos, en distintos puntos del municipio. Ahora ya comienzan a escucharse sirenas, tanto de patrullas como de ambulancias.
Pero se reaviva el tiroteo, al parecer, ahora entre las fuerzas del orden público y uno de los grupos armados que estaban en enfrentamiento. El otro, presuntamente huyó.
Suena de nuevo el celular, los tíos de los pequeños avisan que van por ellos, para sacarlos de la zona de riesgo, para que se alisten, salgan de inmediato y se suban al vehículo.
Y así fue. Llegó el tío. A una cuadra se ve el conflicto, hay patrullas y uno que otro disparo todavía. La gente comienza a salir para saber lo que sucedía.