Olimpiada Nacional, portadora de talentos mexicanos
La Olimpiada Nacional surgió en 1996, año en el que Ivar Sisniega Campbell estaba al frente de la dirección general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
Este año, en el marco de la edición 20 del certamen deportivo, Sisniega celebra la continuidad que se le ha dado como el principal semillero infantil y juvenil del deporte mexicano. Incluso, resaltó la proyección que se le ha dado a la ON en la presente administración a cargo de Jesús Mena Campos.
“Él entiende lo importante que es porque fue deportista, es una satisfacción que se le dé continuidad a este proyecto detonador del deporte nacional”, aseguró Sisniega.
Recordó que la Olimpiada Nacional surgió porque en sus giras se dio cuenta que el deporte estaba “dormido” en los estados, solo había nivel competitivo en el Distrito Federal y la zona conurbada.
Ahora tiene una organización única en el mundo, es una especie de miniolimpiada en la que se enfrentan jóvenes que representan a todos los estados como si fueran países.
“Se inició hace 19 años con 20 deportes y en algunos de ellos las federaciones sólo tenían 5 o 6 asociaciones, como pentatlón, handball y canotaje, por mencionar algunas. Después creció y las federaciones tienen más de 20 asociaciones afiliadas y los deportes aumentaron a 31, llegando a 47 disciplinas en la actual administración, esto sin contar que también se suma la Paralimpiada Nacional”, detalló el ex director de la CONADE.
“Esta justa coadyuva al desarrollo deportivo y la detección de talentos. Basta recordar que en la Olimpiada Nacional del 96 la basquetbolista que se convirtió en figura mundial, Ana Gabriela Guevara, hizo la primera aparición nacional en esta competencia”, dijo.
Hoy en día gran parte de las selecciones nacionales tienen de un 70 a un 80 por ciento de deportistas surgidos de la ON.
Ejemplos
A continuación algunos de los seleccionados nacionales reconocidos a nivel internacional que compiten o compitieron en la ON:
Soraya Jiménez, campeona olímpica en halterofilia en Sídney 2000
Ana Gabriela Guevara, medallista de plata en atletismo en Atenas 2004
María del Rosario Espinoza, oro en Beijing 2008 y bronce en Londres 2012 en taekwondo
Paola Espinosa, bronce en Beijing 2008 y plata en Londres 2012 en clavados sincronizados
Tatiana Ortiz, bronce en Beijing 2008 en clavados sincronizados
Alejandra Orozco, plata en Londres 2012 en clavados sincronizados
Iván García, plata en Londres 2012 en clavados sincronizados
Germán Sánchez, plata en Londres 2012 en clavados sincronizados
Aída Román, plata en Londres 2012 en tiro con arco
Mariana Avitia, bronce en Londres 2012 en tiro con arco.
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RAQUECTBOL
Duele la derrota
“Con mi psicóloga lloraba los primeros días y le decía ‘ya no quiero’, y me decía: ‘No Paola, cálmate’. Afortunadamente llegaron las buenas noticias”. Así se sentía Paola Longoria allá por octubre de 2014.
No todo es felicidad, triunfos y festejos en la carrera de la mejor racquetbolista del mundo. La derrota que sufrió el pasado 19 de octubre ante Rhonda Rajsich después de tres años y 8 meses invicta, provocó que por unos días que Paola contemplara la idea de dejar el racquetbol.
La número 1 del ranking mundial describió cómo fueron los días posteriores a ese descalabro en la Final del Stockton Pro Am en California, situación que le sirvió para reencontrarse con sí misma y sobre todo detectar los puntos débiles que le había acarreado el estar en la cima durante mucho tiempo.
“Me dolió mucho, tengo una psicóloga deportiva que me ayudó muchísimo porque, soy honesta, al día siguiente de que perdí decía ‘mi carrera ya no es la misma’, me sentía rarísima, no sabía si quería jugar, pero recibí noticias muy buenas a la par de esta derrota porque a los cuatro días de que pasó esto me informan que era la abanderada en Juegos Centroamericanos”.
Y es que la deportista más dominante que hoy tiene el deporte mexicano aceptó errores en su preparación e incluso descuidos propios de acostumbrarse a estar siempre en la cima, y prácticamente no tener oponente alguna.
“No (estaba preparada), sabía que podía pasar, que al pisar una cancha de racquetbol estaba la posibilidad de perder, y obviamente quería hacer la diferencia, pero sí había descuidado partes importantes de mi preparación y de alguna manera lo retomé”.
Fue entonces cuando el cariño de su familia y de sus amigas, además del trabajo que realizó su psicóloga, se colocaron como fundamentales para levantarse y retomar el camino.
“Fue muy bonito tener ese cariño, mi familia siempre ha estado cerca para apoyarme, siempre he tenido su apoyo incondicional y mis papás sufrían igual o más que yo; mis amigas me decían que no pasaba nada, que era un partido, pero yo les decía que un partido en tres años y ocho meses, pero ayudan a entender la situación”, explicó.