TERRAZA
A estas alturas, para nadie es un secreto las múltiples faltas que ha cometido el Partido Verde en cuestión de publicidad electoral y promesas rotas o incompletas; ya ni siquiera es secreto para la prensa internacional.
El panorama “verde” que caracteriza a este partido, se ha tornado un tanto gris; la pérdida de credibilidad les ha pasado factura y la mayoría de las personas reaccionan a su propaganda con repudio o risa.
A pesar de lo anterior, no todo está perdido para el partido del tucán, pues el INE parece dividirse en opiniones respecto a él. Por un lado, hay varios consejeros y ex-consejeros de dicho instituto, que apoyan la idea de quitar el registro al PVEM debido a sus graves faltas a la ley electoral. En la otra vertiente y a pesar de las multas que ya recibió el partido, existe un INE apático, que parece incapaz de frenar al tucán y sus secuaces.
El papel de la ciudadanía, ha tomado un auge impresionante gracias al poder de las redes sociales y su fusión con los medios de comunicación. En Facebook, Twitter y demás redes sociales, abundan peticiones de firmas y demás estrategias diseñadas para quitar al PVEM del mapa político mexicano de manera definitiva.
La principal queja radica en la publicidad desmedida hasta el grado de del hartazgo; pero las propuestas “cumplidas” que el PVEM se encarga de restregarnos en cada spot, también poseen irregularidades. Para muestra de ello, recuerdo por ejemplo, aquella de la pena de muerte a secuestradores, si bien es una sentencia que puede llevarse a cabo en otros países y que se considera tangible en casos especiales; en México éste plan se considera anticonstitucional por cuestiones incluso históricas ¿Qué pensaba el PVEM cuando se le ocurrió ésta oferta para la nación? ¿Pensaba saltarse la Constitución?
La mayoría de la gente con alto sentido ecologista y preocupada por causas ambientalistas, vio con buenos ojos cuando el PVEM inició y logró la misión de sacar a los animales de los circos para detener el abuso y el encierro de los mismos. Con lo que no contaron los simpatizantes (ni el propio partido), es que los animales no volverían a su hábitat automáticamente, lo que desató en numerosos sacrificios para algunos y abandono para otros. Posteriormente, hemos sido testigos de plazos tediosos, refugios espontáneos y conflictos derivados de ésta propuesta.
Entonces, si el PVEM es tan polémico ¿por qué sigue figurando en las boletas? ¿por qué seguimos viendo su publicidad hasta en los útiles escolares de nuestros hijos? ¿Por qué tiene respaldo político? La respuesta es tan sencilla como triste: aunque la credibilidad del PVEM esté por los suelos, tiene el presupuesto suficiente para hacerle frente a las sanciones que le impongan y como los productos milagro, puede sacar provecho de la ingorancia del consumidor electoral.
La realidad es que las multas del INE son poca cosa para los partidos posicionados, los tucanes pagan sin reparo sus sanciones, de hecho las pagan y “si cumplen”, como lo presumen es su slogan; al fin y al cabo de alguna manera, siguen teniendo recursos para material publicitario.
El panorama verde grisáceo también se manifiesta para nosotros, somos conscientes de las faltas y sin embargo, poco podemos hacer. Mientras el beneficio por violar la ley sea mayor que la sanción que se imponga, seguirán existiendo partidos que la incumplan.