PIDO LA PALABRA
• Ante la democracia enfrentamos un embarazoso problema, la definición que sobre ella tenemos…
Democracia, palabra elevada a nivel de cosa sagrada y enunciada hoy día como fuente de todos los bienes sociales y derechos fundamentales de los ciudadanos; el tema de la democracia es, sin duda alguna, la Biblia de todos los políticos que aspiran a trascender en el acontecer de sus buenos oficios, hablar de ella se hace indispensable para aquel que pretende llegar al cenit de su carrera, pues si no lleva a la democracia como bandera corre el riesgo de quedar fuera de la foto.
Sin embargo, ante la democracia enfrentamos un embarazoso problema, la definición que sobre ella tenemos, pues incluso, mucha gente ha hecho de esa palabra su escudo de guerra, pero no sabe exactamente lo que es. Diariamente escuchamos a alguien que habla de ella, que en su nombre y ejercicio toma decisiones, que haciendo uso de los derechos que la democracia le otorga, hace señalamientos y pronuncia discursos, pero ¿qué es la democracia?
Para los conocedores de la materia, la Democracia es un gobierno del pueblo, es un sistema de organización, que adopta formas variadas, en el que las personas que la integran tienen la posibilidad de influir abiertamente y de manera legal sobre el proceso de toma de decisiones, es decir, es un sistema político que permite el funcionamiento del Estado.
Sin embargo, la interpretación que de la Democracia han hecho los actores políticos, particularmente en México, ha propiciado que esté sufriendo una deformación según los intereses individuales o de grupo que la use, o incluso, viciada en algunos casos por la ignorancia o por el abuso que de ella se pretenda hacer. Lo que ayer fue mayoriteo, hoy es democracia.
En ejercicio de la democracia llegan los representantes a la curul o al escaño; en nombre de la democracia nuestros representantes toman decisiones que dicen ser para favorecer a las mayorías; en abuso de la democracia algún orate elabora su lista de agresiones y las vierte a diestra y siniestra; luego entonces, ante tantos hijos que pretendemos adjudicarle a la democracia, ésta pierde paulatinamente su esencia de madre rectora del Estado.
Decía Abraham Lincoln: “la democracia es un gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”, pero ¿qué ha pasado?, ¿esa premisa sigue siendo verdadera?, en teoría ese debe ser el fin y valor fundamental, buscar el bien común de las mayorías, pero sin menoscabo de las minorías.
En México, la Democracia se ha transformado en Partidocracia, y esto ha provocado que el bien común sea solo el que ha convenido al Partido en el Poder, de tal suerte que la democracia disfrazada sufrió un revés conceptual y la convirtieron en Oligarquía Partidista, lo lamentable es que a la vista del pueblo nos la han vendido bastante deformada.
Con pena veo, que son los Partidos Políticos los que le tiran línea a los legisladores para que voten en tal o cual sentido respecto de alguna iniciativa o proyecto de ley, muchos de ellos, haciendo alarde de su disciplinada mansedumbre, se someten dócilmente a esos designios, olvidándose del honroso papel que deben representar, y a los que deciden ejercer su papel autónomo, y votan, espero que en conciencia, enseguida se les amenaza con la expulsión; ¿eso es democracia?, desde mi perspectiva, no, no es democracia, eso es un intento de secuestro de la democracia para fortalecer la partidocracia.
La democracia no debe ser sinónimo de violencia, tampoco de chantajes o de abusos de mercenarios de la política, la democracia debe ser el medio que permita al ciudadano vivir en comunidad con libertad y no en libertinaje, aunque como decía Nelson Mandela: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.