Democracia a la mexicana

Democracia a la mexicana

Por el derecho a existir

En Hidalgo, diciembre no solo fue el inicio del tradicional y emblemático maratón Guadalupe- Reyes, sino también el año que pasó, marcado por el inicio del Proceso Electoral, en el que se renovarán un buen de cargos públicos, así que señor, señora, joven, como letrero de colectiva, “agárrese, siéntese y disfrute” del amplio panorama de ofertas políticas que estarán desfilando hasta la puerta de su hogar, con promesas renovadas y algunas anticuadas.

Seguramente para usted como votante puede resultar un tanto excesivo el costo de la democracia, más cuando sacan las notas periodísticas en el que hacen el cálculo económico de cada voto y sí, en general el sistema democrático tiene un costo alto y esto tiene que ver directamente con la base en la que se construyó pues está basado en la desconfianza. Como cuando usted sale de casa por varios días y teme dejar su casa sola, seguramente se asegurará de contar con cámaras de video vigilancia, candados, avisarle a las y los vecinos, y hacer todo cuanto esté en su posibilidad para cuidar lo más preciado.

Lo anterior por el temor de ser robado y en ese mismo tenor se ha creado un sistema que se ha blindado para evitar que se den voces de posibles fraudes, y aun con todas estas voces siempre están presentes. Sin embargo, la materia electoral es uno de los grandes referentes en México, por la cantidad de procedimientos y candados que tiene, además de las formas únicas, por ejemplo, que nos pone en un plano de igualdad, pa’ pronto, tu voto, mi voto, el de Carlos Slim y el de Luismi, valen exactamente lo mismo (claro al de nosotros no le sacarán fotografías cuando vayamos a votar, pero quizá nos den un café en el Oxxo).

Eso, por ejemplo, no lo tienen otros países, como nuestro vecino Estados Unidos, quienes tienen un sistema diferente: allá vota la ciudadanía, pero también cuentan con Colegios Electorales, que son los que definen quién gana.

A título personal considero, que el voto es de las poquísimas cosas que nos iguala como ciudadanía independientemente del contenido de la cartera. Ahora bien, lo diferente me parece es el acceso al cargo, quiénes pueden aspirar a un cargo de elección y quiénes son suspirantes o simplemente espectadores, y en este juego llamado democracia las reglas las ponen las instituciones que fueron creadas para ello (cabe decir que son una victoria de las luchas sociales), y en los últimos años a golpe de sentencia, es decir, gracias la insistencia de mujeres, de personas indígenas, personas con discapacidad, personas jóvenes, personas migrantes, entre otros,se ha logrado que la representación sea más plural.

En México hemos tenido momentos de grandes avances y otros con amenaza de retroceso, pero este junio será indispensable que se escuche la voz de las personas en las urnas, digo, pensando que es mejor contar con un sistema democrático conocido que un sistema autoritario por conocer, quizá no sea el mejor, pero es el que tenemos.

La forma de revertir la desconfianza es fundamentalmente participando, pues por más candados que se pongan, si no hay quién vigile, la casa se queda vulnerable.

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