La maniobra de la oposición persigue la reprobación del presidente y el adelanto de las elecciones
La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela declaró el lunes el “abandono del cargo” por parte del presidente Nicolás Maduro y exigió el llamado inmediato a elecciones. La decisión, que contó con 106 votos favorables de diputados de la oposición, se produce in extremis, pues, según la Constitución vigente en Venezuela, solo hasta el lunes la falta absoluta del primer mandatario implicaría una convocatoria a elecciones para reemplazarlo.
Ayer comenzaron los dos últimos años del actual periodo constitucional, tramo durante el cual -según reza el artículo 233 de la Constitución- la falta del presidente debe ser suplida por “el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva (…) hasta completar el periodo constitucional” en enero de 2019. El actual vicepresidente, Tareck El Aissami, designado la semana pasada por Maduro, representa al ala más dura del chavismo.
No se espera que, de momento, la declaración tenga un efecto práctico, más allá de ahondar la grave crisis institucional que atraviesa Venezuela. Desde septiembre pasado el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el oficialismo, había declarado “en desacato” al Parlamento, dominado por la oposición. El lunes el TSJ aseguró que la destitución del presidente se encuentra “al margen de las atribuciones constitucionales” del Legislativo.