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DE VERDADES Y OPINIONES.

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“Tan peligroso es ser engañado

como exigir una verdad a toda costa”.

 

Es innegable el maremágnum que envuelve a la República, especialmente a su capital y a algunas connotadas entidades federativas. De manera ejemplificativa, resaltaré dos conflictos que llaman poderosamente la atención nacional e internacional: lasaseveraciones de un grupo argentino de peritos que, invocando criterios de verdad científica, se atrevió a descalificar las conclusiones que con igual o superior fundamento de validez hiciera públicas la PGR, en torno al caso Ayotzinapa. La segunda, relacionada con la enésima irrupción de las fuerzas profesoriles de la CNTE, en la Ciudad de México y en sus respectivos estados.

 

Ante ojos profanos el escenario parecería un duelo de necedades, mentiras, medias verdades y medias mentiras para ocultar LA VERDAD.

 

IkramAntaki, la extraordinaria intelectual de origen sirio dice: “La verdad es algo que se busca. Las condiciones que requiere hacen de ella un valor. No debe confundirse con la relatividad de las opiniones. Las verdades se descubren en lahistoria. Aunque el conocimiento humano tiene un carácter relativo y variable, esto no significa que la verdad lo sea también. No hay tantas verdades como épocas, sociedades e individuos”. Cada uno de los anteriores conceptos, daría suficiente material para estudiar y reflexionar durante un buen tiempo. Continúo en el mismo tenor:

 

Una opinión no es una verdad, aunque todo el mundo la comparta. En la Edad Media, por ejemplo, la gente pensaba que el sol giraba alrededor de la tierra. Muchos murieron en la hoguera por decir lo contrario, antes de que los mapas de Toscanelli y los viajes de Cristóbal Colón confirmaran la verdad. La búsqueda comienza con una actividad destructora; por eso es dolorosa. El fanatismo no es hijo de la reflexión, sino de la convicción dogmática.

 

El espíritu humano se complace con las apariencias. Las verdades prefabricadas proporcionan certezas falsas, efímeras, que pueden llevar al fanatismo, a la hoguera, metafóricamente hablando.

 

En sentido recto no se puede hablar de medias verdades. La verdad no es relativa. Lo que es verdadero hoy, lo será siempre. Lo que es verdadero para mí lo será para ti y para todos. Es imposible reconocer a cada quien “su verdad”. Se puede respetar “su opinión”. El único camino hacia la verdad pasa por la lógica, la metodología y la ciencia.

 

¿Es moralmente obligatorio para los seres humanos, hablar con verdad en todos los ámbitos de su existencia? (Mentir, en religión es un pecado, en derecho es un delito…). Kant hablaba del derecho a la mentira para proteger bienes mayores. Otros pensadores consideran que debe decirse la verdad, a cualquier precio; que las mentiras, aun siendo piadosas, siempre causan daño.

 

Jean Paul Sartré decía: “Más que exigir la libertad debemos estar preparados para ella”. Parafraseando al existencialista francés pregunto: ¿Todo el pueblo de México está preparado para recibir la verdad? Condorset afirma que “el engaño es tentación del poderoso”. Maquiavelo insistía en que un pueblo, para acceder a la verdad tiene que ser ilustrado. Tan peligroso es ser engañado como inmoral buscar la verdad a toda costa, poniendo por encima de la ciencia las premisas falsas de la opinión.

 

El fanatismo vende ilusiones, por eso resulta fácil a los misioneros de cualquier credo religioso tocar y lograr que se abran los hogares de millones de mexicanos, quienes sin conocer al portador aceptan recibir, “la palabra de Dios”. Sin embargo cualquier mensaje de los gobernantes, aun cuando esté fundamentado en criterios científicos y metodológicamente comprobados, es rechazado a “priori” nada de lo que diga vale: “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!” Esto es una aberración, con la cual podrían construirse las premisas de un silogismo, cuya conclusión sería: “el pueblo no está preparado para la verdad”.

 

En esa misma hipótesis caben las inquietantes objeciones de los peritos argentinos, quienes pretenden destruir la verdad emanada de cientos de testimonio; peritajes; reconstrucciones de hechos; confesiones… Sin atreverse a aventurar una hipótesis. Son “oposición”, no “proposición”. Lo dicho: Siempre será más fácil atacar y destruir pruebas, que construir una verdad universalmente aceptada.

 

Para los griegos antiguos, había dos niveles de conocimiento: Doxa y Epistemé. El primero es vulgar, simple, superficial, rudimentario… es fundamento de La Opinión. El segundo es serio, rígido, lógico, metodológico, científico: es el fundamento de la Epistemología, o Teoría del Conocimiento.

 

De los dos anteriores ¿cuál es el nivel de la inmensa mayoría de los mexicanos?