
EL MERCADÓLOGO
En los últimos días hemos podido experimentar un fenómeno de la mercadotecnia en primera persona. Por si acaso, querido lector, no ha sido consciente, lo pongo en contexto: hace más de cuatro meses, de repente, Luis Miguel anunció que haría una gira internacional durante este año. Bueno, en realidad, no lo dijo él. En la cuenta oficial de Instagram del cantante publicaron una imagen de su rostro y la leyenda «Luis Miguel tour 2023».
Inmediatamente se comenzó a especular sobre las ciudades afortunadas de recibir esta gira, las fechas seleccionadas, la mecánica para conseguir una entrada y los precios que podrían llegar a costar. Desde febrero hasta abril se hicieron miles de conjeturas, hasta que, el día del cumpleaños del «Sol de México», nuevamente a través de los perfiles oficiales de redes sociales, se desvelaron las ciudades y las fechas de esta nueva gira. Una vez desvelada la mecánica para adquirir entradas para los conciertos, incluida una preventa exclusiva para tarjetahabientes de un banco en específico, fue cuestión de horas para que la mayoría de las fechas disponibles colgaran el cartel de «sold out».
¿A qué se debe que un cantante, que lleva casi cuatro años sin pisar un escenario, superara todas las expectativas de una manera tan sencilla? No ha realizado una gran campaña publicitaria, de hecho, apenas se han realizado dos escuetos anuncios en sus redes sociales, pero eso no ha impedido que revolucionara el panorama musical, incluyendo miles de memes relacionados.
Es que hay artistas cuya marca, por el simple hecho de mencionarla, vende. El caso de Luis Miguel, además, es especial. Para empezar, cuenta con una base de seguidoras bastante amplio. No es de extrañar: al llevar tantos años en activo, ha tenido tiempo de sobra para incrementar el número de sus «incondicionales».
Y es que las fans de Luis Miguel son, verdaderamente, incondicionales. Saben que, contrario a otros cantantes, en sus conciertos no van a encontrar un gran despliegue técnico, lleno de luces o innovaciones en el escenario. Ni siquiera vestuarios estrafalarios, o artistas invitados que realicen colaboraciones, ni versiones diferentes de las ya clásicas canciones. Tampoco hace falta que se los ofrezcan. Ellas van a ver y a escuchar a Luis Miguel, como llevan años haciéndolo. Saben en qué consiste el espectáculo que van a ver y, precisamente, es lo que esperan.
Por otro lado, el mercado de la nostalgia musical lleva años haciendo caja. Cantantes o grupos que hace más de veinte años que no sacan una canción nueva o que no realizaban giras, de repente, la añoranza o los problemas económicos hacen que regresen a los escenarios, con el consecuente espectáculo de señoras y señores de más de cincuenta años haciendo bailes de veinteañeros. Aún así, siguen teniendo llenos en sus conciertos, aprovechando que su público objetivo ahora tiene una capacidad económica mayor que cuando tenían veinte años.
Además, Luis Miguel ha seguido estando de moda, gracias a la serie autobiográfica, que resultó ser todo un fenómeno. El secretismo que ha habido siempre alrededor de su vida personal ha generado un mayor interés en una serie que contaba con su aprobación, por lo que podía tomarse como una confesión, incluso pasando por alto que muchos de los detalles que se cuentan en esta producción están adaptados a la ficción.
Pero lo más importante de este éxito es que el producto tiene calidad. Nadie puede negar que Luis Miguel es uno de los mejores cantantes de los últimos años, además de uno de los mayores exponentes musicales nacionales de la historia. Cuando el producto que ofreces tiene una calidad tan grande, no hace falta demasiada publicidad, y menos en este mundo de redes sociales, donde la publicidad se hace sola, gracias a la viralidad.