El lunes pasado la galería Kurimanzutto presentó el más reciente trabajo del artista que sin duda es el más influyente mexicano de las últimas décadas. La obra de Gabriel Orozco, de naturaleza conceptual, en esta ocasión nos plantea una reflexión sobre el mercado del arte y el mercado de consumo masivo, como su existencia o coexistencia podría depender la una de la otra, aunque no solamos pensarlos como uno solo.
Para visualizar esta reflexión es que se ha instalado una sucursal de la cadena de tiendas de conveniencia Oxxo —tan ampliamente popular en México— como la representación del comercio de distribución masiva dentro de una galería, un espacio comercial aunque artístico, que también se dedica al comercio; pero con obras de arte.
¿Es esto arte? Sí. Aunque no lo es en el sentido al que nos hemos acostumbrado a pensar en el arte: pintura, escultura, dibujo, grabado, gráfica. A veces la fotografía. Es por eso que desde su apertura mucho se ha cuestionado acerca de su naturaleza, finalidad y los medios con los que ha comunicado su mensaje. El arte conceptual trata de reflexionar, no de demostrar una habilidad técnica.
Esta reflexión se extiende también a comprender que en nuestros días los artistas más exitosos son los que funcionan como engranes del branding los que hacen que su obra se vuelva reconocible, del mismo modo que las marcas definen sus logos, muchas de las cuales consumimos cotidianamente en los Oxxos, de esto y muchas otras posibles reflexiones es que se trata la exposición de Gabriel Orozco, el Oroxxo.