México deprimido
- Lo que hemos estado viviendo desde hace tres meses en el mundo, y en particular en nuestra patria, se llama aislamiento
Durante los primeros siglos del cristianismo surgió una corriente de entrega y devoción de fieles seguidores de Cristo a los que se le llamó: “anacoretas”; éstos se aislaban del mundo dedicando sus vidas y pensamientos a la meditación y a la oración perpetua. San Simeón se aisló en la montaña por más de 40 años.
El ser humano desde el punto de vista bio-psico-social no nació para ser anacoreta, sino para vivir dentro de una sociedad, de una familia e inclusive dentro de una religión, porque la corteza cerebral de cada ser humano requiere de estímulos externos para renovar sus mediadores (substancias) necesarias para la actualización y el pensamiento coherente; sin lugar a duda todo esto se lleva en la forma que cada uno interprete la felicidad.
Lo que hemos estado viviendo desde hace tres meses en el mundo, y en particular en nuestra patria, se llama aislamiento, y aunque algunos crean que para ellos nada de esto es real, que la enfermedad no existe y que se trata de un invento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con fines puramente económicos, aún para ellos el confinamiento existe y es dañino para la salud emocional.
Mucha gente desde el inicio de la pandemia decidió salir y seguir trabajando –si no me muero del virus me muero de hambre- se ha escuchado por doquier, pero aun así, con las calles abiertas para pocos, la sensación de aislamiento permea porque los lugares conocidos se encuentran cerrados, y en el fondo todos sentimos una tristeza que lastima.
Ya son más de 15 mil muertes y los mismos dolores que inundan el espacio. Hay un duelo que nos invade y que no sabemos descifrarlo; nos anima la esperanza del final, de pronto todo pasará.
DEPRESIÓN REACTIVA
El Dr. Ramón de la Fuente –psiquiatra- afirma que la depresión es un trastorno de la afectividad que genera un abatimiento del humor, provocando aflicción y pesimismo; así mismo acuden: la desesperanza, la inhibición de las motivaciones, pérdida del apetito e intereses nuevos, y con frecuencia angustia y agitación.
El encierro prolongado con el miedo de que “me puedo enfermar y morir” provoca una tristeza que paraliza, y puede hasta incubar pensamientos de autodestrucción.
Es cierto, estamos en medio de una enfermedad que puede ser contagiosa, pero también es verdad que estamos avanzando paso a paso a la salida.
DATOS QUE DEBES RECORDAR
1.- El nombre oficial de la enfermedad es COVID-19
2.- El virus infectante: SARS COV-2
3.- La letalidad promedio mundial es de 3%, es decir que de cada cien personas infectadas mueren 3; en México se ha planteado mayor, pero es porque no se compara con el número total de personas enfermas, porque no se hacen todas las pruebas.
4.- Puede afectar a toda la población, muy noble en los niños y las personas jóvenes; siendo las personas de más de 60 años y con otras enfermedades agregadas las de riesgo elevado.
5.- De cada 100 personas infectadas el 80% vivirá la enfermedad con pocas molestias, o cruzará el momento sin síntomas (asintomáticos).
6.- Del 20% requerirá sólo un 15% hospitalización para recuperarse a mediano plazo, y un cinco por ciento llegará a terapia intensiva con pronóstico incierto.
7.- LA ÚNICA manera de contagiarse es con gotas de saliva o estornudos que lleguen de una persona enferma a una sana; no vive el virus flotando en el ambiente ni en los alimentos.
8.- Los signos y síntomas más frecuentes que orientan el diagnóstico son: dolor de cabeza, molestias en la garganta, fiebre, tos, dolor del cuerpo generalizado y datos de un cuadro gripal.
9.- El tiempo de incubación (desde el momento de contagio hasta que aparecen los síntomas) es de 7 a 14 días.
10.- La duración de la enfermedad es de 7 a 14 días en su forma leve, no así la grave que requerirá hospitalización.
11.- El síntoma más importante y grave, es cuando además algunos de los enunciados, aparezca: DIFICULTAD PARA RESPIRAR.
12.- No existe tratamiento hasta el momento certificado por la OMS; lo que se brinda en hospitales son cuidados generales.
Abramos nuestros afectos a la esperanza de que todo pasará, y de que mañana volveremos a abrazar a nuestros seres queridos, y a caminar por el mundo con la vista llena de luceros.