DE ADICTO A ADICTO

Genética y hogares disfuncionales: fábrica de adictos

Mi enfermedad es progresiva, incurable, mortal, contagiosa, cruel… Pero también es una enfermedad que se basa en la ignorancia, es una enfermedad que surge,  próspera y crece gracias a la apatía, la negación. El otro día me hicieron una entrevista para una cadena de televisión de Estados Unidos y la reportera me preguntaba cuál era o cuáles son mis preocupaciones ante la situación de los niños y jóvenes; le dije que una de ellas, es el lenguaje, me preocupa como estos niños se expresan de una manera tan vulgar y corriente. Estos niños dicen 2 mil groserías en un minuto, entre ellos se hablan con groserías humillantes, denigrantes con calificativos o descalificativos y esta comunicación es igual entre sus padres y en el medio ambiente donde se desenvuelve. 

Lejos de ello habría que ver los WhatsApp’s o los mensajes de Facebook y darse cuenta que han perdido la proporción de lo que es el don de la palabra, de este maravilloso sistema que tenemos para poder comunicarnos y que ellos ensucian, lo manchan con sus términos y hablan peor que las personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar y hoy sé, que un drogadicto primero es víctima de las conductas tóxicas, y después es presa fácil de cualquier adicción. 

Es decir, dentro de las características de la adicción, encabezan la lista las conductas tóxicas. Dice el dicho y dice bien que cuando hay un problema de drogas, los últimos en enterarse son los padres, y hay muchos indicadores que te pueden dar la idea de que tu hijo anda en malos pasos. Uno de ellos es la pupila dilatada, esa mirada de expresión como sorprendido o de interrogación, también su lenguaje corporal se torna un tanto cabizbajo, no es una persona con energía y muestra unos hombros caídos, cara larga, triste y enojado. En muchos casos el marihuano comienza mostrar un cambio de carácter irritable, no se le puede decir nada y lejos se refugia sin ganas de asearse, ante esta situación, cambia, su manera de vestir, de hablar. Su lenguaje es otro, le da por decir mentiras y  justificarse. 

LA FÁBRICA DE DROGADICTOS

Y a mí me preguntan: “¿Por qué, Ernesto? ¿Por qué mi hijo es alcohólico si ni mi esposo ni yo usamos alcohol?”. Mi respuesta es simple: Esta es una enfermedad genética, es una enfermedad que está en la sangre y nace el niño predispuesto a caer en el alcoholismo, pero también crece en un hogar disfuncional donde como padres, cometemos muchos errores, la ignorancia, el pensar “a mí nunca me va a pasar”. Esa cerrazón absurda que cuando invitas a los padres de familia a que reciban un mensaje de vida en la escuela, a que reciban información, orientación y despertar la conciencia respecto a esta enfermedad, es ignorada, y el día del evento sólo se presentan tres mamás y a lo mucho un papá. 

Le dan la espalda a  esta enfermedad, que cuando tienes un drogadicto en casa no te la acabas, ya tus tiempos no son tuyos, te llenas de frustración y dolor al ver como tu hijo se va desmoronando, es esa preocupación la falta de conciencia de esos matrimonios jóvenes que mantienen un hogar disfuncional donde no hay horarios y no existen códigos de respeto, ni éticos ni morales y no hay límites y si  un pésimo ejemplo, donde el alcohol en muchas familias está presente en cualquier tipo de eventos. Si hay una carne asada, si hay unos 15 años, si hay una graduación, un 10 de mayo o alguna reunión, la cerveza es la prioridad. La cerveza es una droga.

LA APATÍA ESCOLAR 

Yo tengo una bola de cristal donde veo el presente y el futuro de un niño. Veo mi bola de cristal, y veo a un niño irreverente, rebelde, perezoso, mentiroso, conformista, prendido del celular, los videojuegos, es mitómano, berrinchudo, mecha corta, explosivo, aislado, triste, desorganizado; un niño que no es capaz de recoger su recámara ni levantar la toalla después de bañarse, un niño con zapatos sucios, con su recámara totalmente desorganizada como si fuera un campo de batalla; un niño lleno de conductas tóxicas, egocéntrico, soberbio, hipócrita. Un niño sin hábitos y sin horarios, sin compromiso y sin fe, con una autoestima baja y una manera de pensar cuadrada, todo torpe y mediocre. Por ello, cuando el cigarrito llega a sus manos, cada fumada es como si fuera arrullo del alma: calma su nivel de ansiedad, y del cigarro pasará a la marihuana y tendrá armonía, relax  momentáneo… de fumar marihuana en la azotea o un terreno baldío, luego al pasar el tiempo fumar en su recámara, en el baño y de un churrito pasará a consumir hasta siete u ocho churros. 

El siguiente paso es el cristal, esta droga finalmente habrá por exterminar su vida,  comenzando por el severo daño a sus órganos, vista y cerebro. En ese lapso el drogadicto tocará fondo como la cárcel, accidentes de tránsito, internamientos en hospitales y problemas familiares constantes. Todo esto los padres pudieron haberlo evitado, todo ello, si estuvieran capacitados respecto a esta cruel enfermedad.  

Pero definitivamente hay que pagar las consecuencias: un drogadicto en casa te sacará canas verdes. Así que cuando te inviten a una plática de adicciones o a un curso sobre alcoholismo, o te sugieran algún libro; no vayas, no hagas nada, lo que viene en tu vida para ti y para tu hijo será un desastroso infierno. 

EL DESDÉN GENERALIZADO 

Hay tantos problemas emocionales que están causando mucho dolor en los niños, como los trastornos alimenticios primordialmente en jovencitas: la obesidad, la bulimia y la anorexia; viven una doble vida porque todos lo hacen a escondidas. No es más que el reflejo de sus problemas emocionales, no se trata de un resfriado, un trastorno alimenticio trae mucha profundidad, pero también trae un cúmulo de ignorancia de padres y de maestros.  

Hay una cerrazón con este tipo de temas donde los jóvenes no reciben ayuda.  Detrás de estos trastornos, sin duda alguna está la depresión, que es tan común en los ámbitos escolares. Alguien me dijo el otro día que yo estaba equivocado, que no existe la depresión en los niños y tranquilamente le pregunté: ¿Cada cuando convives con niños? Observa su lenguaje corporal y puedes ver los hombros caídos, el cuerpo encorvado y la cara larga, la expresión de miedo, la voz baja, su timidez, la duda en su manejo de ideas, o la expresión de tristeza cuando platiques con estas criaturas sobre los problemas que los aquejan, sobre los problemas que hay en casa, con esas madres neuróticas, esos padres borrachos, esos hermanos violento, esa situación que les pasa…

Related posts