CINE DE AYER
El apreciable cineasta londinense Edmund Goulding (1891-1959) trabajó en repetidas ocasiones con la gran actriz Bette Davis (1908-1989) y en el espléndido ciclo Los elegantes melodramas de Edmund Goulding se programaron cuatro de sus películas: Cenizas del pasado, Amarga victoria, La gran mentira y La solterona.
No conocíamos esta última, realizada en 1939 y la cual se exhibió en México con el título de Flor marchita.
Basada en una novela de Edith Wharton, la cinta narra una historia ambientada en la guerra civil. El aventurero Clem Spender (George Brent) regresa tras dos años de ausencia, solo para enterarse de que su antigua novia Delia Novell (Marion Hopkins) se va a casar con uno de los hombres más ricos de la región.
La prima de la novia, Charlotte Novell (Bette Davis) consigue evitar el escándalo y consuela al despechado, del que ha estado siempre enamorado.
Cuál típica heroína de melodrama hollywoodense, queda embarazada, pero tras la muerte de Clem, oculta a su hija Clementina, junto con otros huérfanos de guerra.
A punto de casarse, desiste cuando su prometido le pide cerrar el orfanato. Delia enviuda y se ofrece a criar a Clementina como su propia hija (Jane Bryan), quien crece rebelde y creyendo que Charlotte es su tía solterona.
El filme resalta la actuación de la Davis, quien pese a ser sólo una treintañera, encarna perfectamente a una vieja solterona.
The old maid resulta pues uno de los mejores melodramas de Goulding y una espléndida muestra de las cualidades histriónicas de la Davis.