Cumbre del G7 define rumbos de la guerra comercial

NÚMEROS CLAROS
    •    El presidente Trump corre el riesgo de desestabilizar no sólo el comercio, sino la economía mundial con sus políticas


Europeos, y los propios estadounidenses, están divididos por la política comercial del presidente Donald Trump. Los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 7 (G7), se reúnen esta semana en Quebec, Canadá, para discutir de comercio y de la lenta recuperación de la economía después de la crisis de 2008; ahí los Estados Unidos deberán echar más leña al fuego o apaciguar las tensiones comerciales con Beijing y sus aliados cercanos, defensores del libre comercio y opuestos a sus políticas proteccionistas.
Los esfuerzos del presidente chino, Xi Jinping, por reducir la tensión comercial con los Estados Unidos no han prosperado y parecen diluirse sin haber logrado su objetivo. Estados Unidos y China negocian un acuerdo comercial, amenazándose el uno al otro. Pekín advirtió el domingo pasado, después de las discusiones chino-estadounidenses, que no sería posible un compromiso comercial si la administración Trump implementa su amenaza de sanciones aduaneras.
Esa declaración ha sido la respuesta china a la Casa Blanca, que revivió las tensiones al amenazar con imponer nuevos impuestos sobre 50 mil millones de dólares de productos chinos importados a mediados de junio, así como nuevas restricciones a la inversión china en los Estados Unidos, lo que resulta absurdo si consideramos que esas inversiones generan los empleos que necesitan los estadounidense; a lo cual, el gobierno de China respondía que podría tomar medidas más determinantes para proteger sus intereses, si Washington insiste en seguir avanzando hacia un enfrentamiento comercial.
Pero Pekín no es está sólo ni es el único país que ha advertido a Washington de estar en el camino equivocado. Los aliados tradicionales de los Estados Unidos, protestaron unánimemente durante la reunión preparatoria de ministros de finanzas en Whistle, Canadá, de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G7 (Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Estados Unidos), contra una política comercial agresiva dirigida por la administración Trump, orientada a revivir el viejo proteccionismo comercial y violentar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steve Mnuchin, ahí debió escuchar los problemas que están sufriendo sus aliados, en cuyos países los flujos monetarios se han venido reduciendo, debido al mediocre crecimiento de sus economías y poco dinamismo de sus transacciones comerciales, de acuerdo a los medios internacionales; en gran medida, afectados por la reforma financiera del presidente Trump y los aranceles impuestos a las importaciones de acero y aluminio por Estados Unidos, bajo el argumento de enfrentar un riesgo de seguridad nacional, socavando las bases del libre comercio y la confianza en la economía mundial, según el comunicado de la reunión de los ministros de finanzas.
Las discusiones sobre el comercio mundial se reanudarán esta semana en Charlevoix, Quebec, pero ahora en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G7, lo que enfrentará al presidente Trump a sus homólogos y aliados de siempre, los líderes de las potencias, excluyendo a Rusia que fue marginada desde la invasión de Crimea y China, que forma parte de este grupo selecto de países.
El presidente Trump corre el riesgo de desestabilizar no sólo el comercio, sino la economía mundial con sus políticas. Esta semana será definitiva su posición frente a sus aliados en el tema del comercio mundial, pues dependerá de las decisiones que asuma el presidente; lo que haga en la cumbre, pondrá a las luz sus planes sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para evitar una guerra comercial a gran escala, donde podría quedarse aislado su país, enfrentado a todos como en el caso del bloqueo contra Cuba.
El presidente Donald Trump, según sus declaraciones por twitter, piensa que: “Cuando tienes casi 800 mil millones de dólares al año en comercio, no puedes perder una Guerra de Comercial. Los Estados Unidos han sido estafados por otros países durante años en el comercio, y es hora de ponerle fin.”, por lo que parece decidido a ir hasta las últimas consecuencias con sus políticas; por lo que ni sus aliados en el G7, ni en el Grupo de los 20 (G20), ni mexicanos y canadienses, deberían alimentar la esperanza de hacerlo cambiar de opinión y volverlo al camino del pasado.
La Comisario de Comercio de la Unión Europea, Cecilia Malmström, dijo la semana pasada que Washington está jugando un juego peligroso, pues su decisión de imponer aranceles a las importaciones de acero del 25% y aluminio del 10% debilita la relación transatlántica. Los europeos desde este viernes pasado están pagando ese impuesto, por lo que la Unión Europea seguramente responderá con la misma reciprocidad, con medidas que graven los productos estadounidenses en su espacio común.
Bajo este panorama, el gobierno de México debería aprovechar y sumarse al frente anti Trump, a fin de tener una mejor posición negociadora, eligiendo productos sensibles importados de los Estados Unidos y, por seguridad nacional, gravarlos con aranceles similares a los impuestos a los productos mexicanos, sobre las bases de las reglas de reciprocidad de la OMC. Canadá ha señalado que está listo para aumentar los aranceles de más de 12 mil 800 millones de dólares de bienes importados de Estados Unidos.

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